viernes, 23 de agosto de 2013

Interesante reflexión del DR Salvador Morote sobe el laicismo y el APRA.

I
1- Cuando planteamos lo sorprendente de los discursos del Papa Francisco, nos referimos a los antecedentes del Papa. Sobre todo en Argentina, durante la dictadura militar (1976-83). Hay una investigación periodística donde al ahora papa, se le señala, como colaborador de la dictadura e incluso responsable de abusos militares contra dos misioneros católicos en los barrios pobres de Buenos Aires. Es una investigación polémica que se actualizó a partir del enfrentamiento que tuvo Bergoglio, con Cristina Kirchner la Presidente Argentina, en el contexto de la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en Buenos Aires. 

2- En el APRA (en su sentido más amplio-Internet), hay algunos grupos, que  tratan estos temas. Y uno en especial (Familia Aprista o su moderadora) ha hecho la defensa de la confesionalidad supuesta del APRA. Además niega el laicismo e incluso rechaza el agnosticismo de Haya. El conservadurismo ultra católico de ese grupo es muy explícito.

Por lo anterior, hicimos referencia al laicismo.

Ahora, respecto a los comentarios de Morote, me interesa resaltar un par de temas.

Primero, en los últimos años la Iglesia católica y las iglesias evangélicas o cristianas, tienden a colisionar con el laicismo, que es el ámbito de actuación del Estado y la sociedad civil. Los derechos republicanos tienden a ser desautorizados por estas iglesias. Y los arzobispos tratan de adquirir un rol moral severo por encima de la sociedad, cuando en la práctica guardan silencio ante los abusos del poder o las conductas desviadas de algunos miembros de la Iglesia. Lo mismo se puede decir de los pastores, los cuales cuando se meten en política se la pasan citando al biblia, así como los ayatolas e imanes citan el Corán para todo. Hay un integrismo que intenta colonizar lo secular y regresar a concepciones previas a la ilustración y la modernidad. 

Hay políticos como Alan García que oportunistamente, se suman a la corriente porque la consideran una reserva de votos. ¿Cuando en su vida privada o pública García a respetado la moral cristiana o católica? 

El Papa Francisco al plantear el respeto al laicismo del Estado, desautoriza este integrismo que busca imponerle a los ciudadanos creencias, mitos y fantasías, por una interpretación literal de la Biblia (sobre todo el antiguo testamento). Dentro de poco van a pedir que no se enseñe la teoría de la Evolución y  que se asuma como verdad total la metáfora literaria de Adan y Eva. Me parece que el Papa, como buen jesuita va en otra dirección, más acorde con la modernidad no materialista ni negadora de la subjetividad, es decir, la modernidad más centrada en el sujeto, la persona, el ser humano y su circunstancia contemporánea. 

La fe no puede ser impuesta ni derivarse de la institucionalización, la fe verdadera es autodescubrimiento y encuentro -en la radical soledad y vulnerabilidad de la persona- con Dios. 

Segundo, Haya de la Torre impulsó el 23 de mayo no contra  la imagen del corazón de jesús, sino contra el uso político que intentó realizar Leguía  de dicha imagen. Alan García ha intentado hacer lo mismo que Leguía con la procesión del señor de los milagros, violando  descaradamente el laicismo del Estado.

Coincido con esta frase de Salvador Morote "  ateo, agnóstico o lo que sea, la vida y conducta de Haya de la Torre fue un ejemplo de Cristianismo, de Virtudes Teologales como la Fe, la Esperanza, la Caridad". 

Haya de la Torre, recuperó para el pueblo, el mensaje cristiano de solidaridad/fraternidad/union/caridad, para dignificar al sujeto y elevar su conciencia en la praxis, en la lucha, en la construcción de una nueva sociedad. Rompió de esa forma con la fe dominada por los ricos y poderosos, negandoles legitimidad política.

Esa visión de Haya es el verdadero cristianismo político y social que plantea la "gran transformación" sin  tomar el poder a cualquier precio, consciente Víctor Raúl, que la lucha por el poder, para un movimiento como el Aprismo -en su época- generaría mucha confrontación y violencia ante la resistencia de los conservadores y el imperialismo. 

Buscó Haya entonces el consenso político, el diálogo, incluso cedió posiciones inútilmente. Alan García ahora critica al Haya de la paciencia histórica, lo llama "cojudo" (bien dice Morote que ni siquiera los enemigos de Víctor Raúl lo llamaron así) y "fracasado" (versión de los alumnos de la maestria de Gobernabilidad-USMP) porque no alcanzó el poder. Son intentos de García por reescribir la historia y el mismo, en su incipiente locura narcisista elevarse a los altares. 

Lo que intenta Garcia Pérez es que se institucionalice  en la política peruana la mentira, la traición, el abandono de promesas, la corrupción y la amoralidad, porque esas, si son vías eficases para llegar al poder ¿ Que distinguiría entonces a un demócrata de un dictador? ¿a un Roosevelt de un Stalin?...esa no es política, es el asalto del Estado, y convertir a la democracia en algo ajeno a su proyecto, en algo oscuro y profundamente pervertido, donde la voluntad del pueblo es usada para hacer del gobierno algo muy diferente a su promesa histórica fundante de los regímenes democráticos modernos.

Cuando la corrupción y el compadrazgo se convierten en medios eficases para llegar al gobierno, la única forma para mantenerse en el poder, es a través de la corrupción, y por supuesto, con un bonito discurso sobre "gobernabilidad". Ese ha sido el Alanismo gobernando.

Si Haya de la Torre no llegó al poder es porque hubo fraude electoral, veto militar, persecución, exilio, despojo de la nacionalidad, exclusión, negación  de derechos. Todo esto lo pretende negar Alan García, reescribiendo la historia, "refundando al APRA" (prostituyendo el concepto). 

Víctor Raúl y el Aprismo fueron víctimas de la violencia del Estado oligárquico, esa es la verdadera causa que impidió la llegada del aprismo al poder. Y a Alan García le permitieron hacerlo por segunda vez, a condición que destruyera al APRA.

Víctor Raul construyó una religión social y secular llamada fraternidad aprista, usando los símbolos y discurso del nuevo testamento. La sociedad peruana durante varias décadas no se hundió en el infierno de la violencia y la fragmentación porque el Aprismo la articuló. Destruyendo al APRA, Alan García ha privado al Perú de su dimensión religiosa secular, de tal forma que sea siempre un país al cual se gobierne con autoritarismo o con democracias simuladas que apelan a la "gobernabilidad", y ello porque siempre será un país de "hondos y profundos desencuentros". 

Detrás del marketing y el "carisma", se esconde la faz de un politicastro que no cree en el Perú democrático  y civilizado, de cultura original y milenaria, sino en un Perú que debe ser conducido con mano dura, tal como lo ha hecho con el APRA.

Perú ha pasado a ser entonces el escenario de ensayo de un nuevo tipo de régimen funcional a la globalización transnacional, a los poderes fácticos y los lobis. Un régimen que ya se expresó con el fujimorismo. Un régimen sin partidos institucionales, sin rendición de cuentas, sin transparencia ni calidad democrática. Un régimen híbrido de participación limitada, con medios de comunicación sustituyendo a los partidos e imponiendo la agenda política y sin espacios de conciliación para todos sino solo para una clase o grupo. 

El Fujimorismo y su continuación, el Alanismo, son la expresión de ese nuevo tipo de régimen basado en la cleptocracia, la economía de mercado salvaje, y el carisma mediático. Y que de la cohesión espiritual, se encarguen las iglesias integristas y mesiánicas. 


    







Separación entre Iglesia y Estado
Dr. Salvador G. Morote Sánchez


Estado Laico. Iglesia y Laicismo
Aunque hay quienes reaccionen con sorpresa al mensaje del Papa Francisco, su mensaje no  sorprende. "Rehabilitar la política, defender una economía solidaria, y apoyar el laicismo del Estado" son parte integral del mensaje de la Iglesia Católica desde siempre. Así lo atesta la Doctrina Social de la Iglesia Católica y Encíclicas tales como Rerum Novarum (León XIII); Quadragesimo Anno (Pio XI); Mater et Magistra y Pacem in Terris (Juan XXIII); Populorum Progressio (Pablo VI); Laborem Exercens, Sollicitudo Reo Socialis y Centesimus Annus  (Juan Pablo II); Caritas in Veritate (Benedicyo XVI); y la constitución pastoral Gaudium et Spes (Concilio Vaticano II).
Es más, el mismo Jesucristo entrega este mensaje—la separación entre Estado e Iglesia—a  mundanos tanto como a discípulos y a su eventual Iglesia. Estado—laico o no—es un concepto político, del hombre para el hombre, que se refiere a formas institucionales y soberanas de organización política, social y económica dentro de los límites de un territorio geopolítico. Autoridad, poder, control, manejo y distribución de la riqueza son algunos de los elementos intrínsecos al Estado y sus instituciones. La cuestión es "a nombre de quién y de qué, apoyándonos en quién y en qué, para qué y para quién, imbuyéndolo de qué substancia y esencia" se genera el Estado? A este respecto el mismo Jesucristo se pronuncia a favor de la separación entre Estado e Iglesia, y por extensión a favor de la laicidad del Estado:
 "Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero [Mammón, poderes del Mundo material]" (Mateo 6:24)
 "Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero [Mammón, poderes del Mundo material]" (Lucas 16:13)
 "Dícenle: <> Entonces les dice: <>" (Mateo 22:21)
 "Él les dijo: <>" (Lucas 20:25)

La función de la Iglesia y de sus sacerdotes es la de contribuir partiendo de una Teología Moral a que el hombre, el Estado, tengan presente, entre otras realidades tanto del mundo temporal como del supernatural, que en tanto el hombre no abuse ni explote la ley del hombre ni al hombre por el hombre, la ley se hizo para el hombre y no el hombre para la ley (Lucas 14: 1-6)—e.g., la Misericordia, la Justicia, la Verdad, la Dignidad del hombre, la Caridad con nuestros semejantes y con lo creado, una Cultura de Vida, están por encima de toda ley del hombre. Que somos creados y por ende creaturas, que somos creadores más no Creadores. Por tanto estamos sujetos a leyes y principios pre-establecidos por la fuerza Creadora, lo Divino, el Creador, evidentes en la ley natural, la Vida y sus principios físicos y biológicos inherentes a lo creado y a toda creatura—la creatura humana incluida, a la Palabra Divina discernida cada vez más por un Magisterio Eclesiástico transmilenario. Si la Iglesia fuera Estado estaría ocupada y distraída por los poderes y necesidades de este mundo, de lo mundano, cuando su camino y zenit es la de funcionar "en" el mundo (material) pero "no siendo del" mundo (material).
Es una verdad, que individualidades de diferentes jerarquías dentro de la Iglesia Católica no han representado un pastorado y un sacerdocio fiel a estas enseñanzas del mismo Cristo Jesús y a esta tradición de su Iglesia en la tierra. Pero aquellas son individualidades dentro de la Iglesia, extraviadas. Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco lo han testimoniado ya y públicamente ante el mundo. Esas individualidades no son "LA" Iglesia. No es "LA" Iglesia Católica quien así lo enseña. Francisco simplemente es fiel a esta tradición y mensaje Cristiano Católico. El es consistente no sólo en su transmisión pero sobre todo con su ejemplo cotidiano de vida—viviendo el Evangelio como sacerdote, pastor y hombre Cristiano. Viviendo la línea trazada por Jesús y mantenida por su Iglesia a través de los siglos. Como el lector entonces entenderá, nada tiene de modernidad, o carencia de la misma, el tema representado por Francisco. Simplemente es fidelidad al magisterio Católico y a las enseñanzas de Jesucristo, ambos ya en su tercer milenio. Cumple Francisco así su misión de usar la Iglesia y su Magisterio para lograr un acercamiento entre ésta y el Pueblo, para aquella así fungir como vehículo para lograr un acercamiento del Pueblo y sus jóvenes con Dios en el plan Salvífico.
En lo que respecta al hombre, separación de Iglesia y Estado, o de Iglesia y Partido Político, no quiere decir "incompatibilidad". No. El Estado, los partidos políticos son producto del uso que el hombre hace y debe hacer del "libre albedrio" con el cual los hombres—creaturas—hemos sido imbuidos por el Creador. Como hombres en el mundo estamos llamados a organizarnos y a auto-conducirnos. La cuestión es si es que vamos a no solo permitirle, pero pedirle al Creador que nos ilumine imbuyéndonos  de su Espíritu, Sabiduría y Divinidad al hacer nuestras decisiones y tomar acciones políticas. Muy bien dice Eduardo Bueno León al escribir que "el auténtico laicismo no es anti-religioso y garantiza la libertad de Fe, creencia y conciencia." Es más, el hombre necesita desesperadamente de dirección espiritual en tanto libramos el Combate Espiritual que todos libramos segundo a segundo, seamos creyentes o no.
La dimensión y el campo de acción de lo político, de los partidos, y del Estado son lo temporal y el mundo; el objetivo es la organización, control y poder para la sobrevivencia del hombre en general—óptimamente—y particularmente de los grupos de poder representados por la institucionalidad en el poder. El campo de acción de la Iglesia es en el mundo más no del mundo, y su objetivo es la sobrevivencia y salud física del hombre unida a la salvación en la eternidad de su alma;  su dimensión y esencia en su accionar es lo atemporal, lo supernatural, lo Teológico, espiritual y Divino. Estado e Iglesia, un brazo material y un brazo espiritual, un sólo cuerpo. Unicidad integrada de cuerpo y espíritu, de realidad material y esencia supernatural, de lo temporal y lo eterno, del Hombre y de lo Divino representado por una Iglesia integrada por lo humano también en lucha por trascender su condición temporal, finita, fallida, pero intentando cumplir aún con las limitaciones impuestas por lo finito y humano (y en algo discernir) lo atemporal, lo infinito, lo Divino y perfecto.

Haya de la Torre y la consagración del Perú al Corazón de Jesús
Durante el gobierno de Leguía Haya de la Torre se opuso a, y luchó en contra de, la consagración del Perú al Corazón de Jesús. Lo que nunca me quedó claro es si es que él se opuso al Corazón de Jesús, a Jesús y a su Divinidad, a lo Católico, o, a la "Compañía de Jesús" (Jesuitas) y las individualidades que la representaban entonces, y al modelo de Catolicismo o de Iglesia Católica ejemplificada por aquellas individualidades de investidura Católica (Jesuitas).
 Si mi memoria no falla (puedo estar muy equivocado acerca de la fuente de origen más no del recuerdo y del hecho en sí), Felipe Cossio del Pomar ("VICTOR RAÚL. Biografía de Haya de la Torre") describe a Haya de la Torre en el exilio, leyendo la Biblia ya pasada la medianoche y muy dentro de la madrugada, buscando pasajes Bíblicos que le ayuden a discernir los problemas sociales, el problema humano, el fenómeno Peruano e indoamericano. También, buscaba citas Bíblicas para ilustrar sus entendimientos y explicaciones al pueblo; para llegar al pueblo gracias a las imágenes y al lenguaje Bíblico. Católico o no, las de Haya de la Torre son conductas de un creyente, de un hombre de Fe. Es más, su vida fue ejemplo de humildad, caridad, esperanza, fe, paciencia, tolerancia, verdad, justicia, amor, de mucho amor y sacrificio en el martirologio para generar vida, justicia, redención social para el prójimo—su pueblo Peruano y su Pueblo Continente. Respecto a su trato a la dignidad humana, No recuerdo haber oído decir que él llamó cojudo ni siquiera a sus enemigos (al menos no en público); ni que pateara a un hombre del pueblo ni mucho menos a un correligionario por querer acercársele y compartir su espacio; ni que abofeteara a un joven por expresar su sentir, su verdad. Su vida de renuncias lo llevó a renunciar a la candidatura presidencial por el bien del País y del Partido del Pueblo; y a renunciar a un sueldo, menos Un Sol, mientras entregaba lo que le quedaba de vida al Perú. Desafortunadamente, eventualmente Alan García Pérez le traiciona ignorando innoblemente aquella Constitución gestada bajo el liderazgo noble de Haya de la Torre, la más representativa y completa. En lo que a mí concierne, ateo, agnóstico o lo que sea, la vida y conducta de Haya de la Torre fue un ejemplo de Cristianismo, de Virtudes Teologales como la Fe, la Esperanza, la Caridad. Diferentemente, Alan García  Pérez, no ha podido tan siquiera honrar su gesto de oración y ofrenda al momento de aceptar su segundo triunfo electoral.
Desde mi humilde casita, en mi horizonte no se vislumbra incompatibilidad entre Iglesia, Catolicismo, verdadero Aprismo, ética verdaderamente Aprista, política y Estado. ~SGMS.

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--- En vanguardia_aprista@gruposyahoo.com, Eduardo Bueno Leon escribió:
>
> * Este es un Papa que está dando sorpresas. Ha llamado a "rehabilitar la política", defender una economía "solidaria" y apoyar el "laicismo del Estado". ¡ Que diferencia con los políticos peruanos "carismáticos" (ya saben a quien me refiero) !, los cuales han violado el laicismo del Estado aprobando normas en favor de una procesión, o promoviendo la construcción de enormes estatuas diz que sagradas y poco vistosas. En realidad buscan votos. ¿Que dirán aquellas damiselas que han escrito para que se profundice la confesionalidad del Estado, que el APRA es confesional católica?, Y esos evangélicos paranoicos que escriben acerca de una conspiración mundial contra la fe, dirán que el papa es el "anticristo"?
> El Papa Francisco va por buen camino, está construyendo un discurso moderno y tratando de acercar la Iglesia al pueblo y los jóvenes. Enhorabuena.
> Saludos,
> Eduardo Bueno
> * No puedo dejar de mencionar a Haya de la Torre y su lucha contra la consagración del Perú al corazón de Jesús, bajo el gobierno de Leguía, con definiciones parecidas a los expresados por el Papa. El autentico Laicismo no es anti religioso y garantiza la libertad de fe, creencia y conciencia. ¿como se puede llamar "coj..." impunemente a un hombre que sigue estando tan vigente?

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