¿Perú -Chile: Agenda de
Anexión (“Integración”)?
En discurso ante el Parlamento el 31-1-14, el presidente Humala
ha señalado que la única agenda pendiente es la integración. No presidente, es
la implementación del fallo. Una mayor “integración” ahora, sería consolidar la
chilenización del Perú.
El fallo
Se pueden destacar dos hechos. Primero, que se siguió una
política de Estado para la demanda, aunque no siempre motu proprio, sino por una vigorosa demanda
popular que la hizo inevitable. Segundo, se recupera una porción de territorio marítimo
que estaba bajo jurisdicción chilena. Pero, no se justifica el triunfalismo y
el sobredimensionamiento del hecho, por varios motivos.
Se dijo que no había límites y la Corte dijo que sí , en base al
Tratado de 1954 y notas diplomáticas peruanas que lo aceptaban en diferentes
momentos, como en 1968-69. Se planteaba la equidistancia (solicitando solo la
mitad de lo que correspondía según esa tesis), y la Corte dijo que era el
paralelo hasta las 80 millas (10 votos a 6, por poco le dan todo a Chile). Señalamos
Concordia como punto de partida de la frontera, la Corte señaló el Hito número
1 para la marítima, nuevamente por documentación peruana que lo aceptaba.
El triángulo externo está más allá de las 200 millas chilenas, del
triángulo interno se le da parte al Perú. Pero, no se toca nada en lo que Chile
tenía soberanía, Tacna no gana nada, y Chile anuncia que al ser zona económica
exclusiva mantiene sus derechos de libre navegación marítima, aérea y de pesca.
Podremos discutir sobre riquezas nuevas a encontrar en lo obtenido, pero la
riqueza actual queda en su totalidad para Chile.
Se discute que la Corte falló contra lo que sentenció en casos
previos. Pero, lo central es que autoridades peruanas en diferentes momentos firmaron
y por traición o ignorancia, validaron las tesis chilenas. No es el momento, pero
se debe desenmascarar a esos responsables, y no volver a cometer los mismos
errores en el futuro.
La implementación
condicionada
El fallo se tiene que acatar y ejecutar, pero el Perú no
manifestó su discrepancia con el mismo como sí lo hizo correctamente Chile. De
exigir cumplimiento inmediato, pasamos a aceptar gradualismo. Se exige agresivamente
desde el vecino país que declaremos que no tenemos más temas pendientes, y ya
lo declararon en Lima diferentes voceros oficiales, incluida nuestra máxima
autoridad, sólo falta firmarlo. Se exige cambio de leyes mineras, pesqueras, línea
de bases, de la Constitución, firma de la Convemar, de manera impertinente. Y, si
bien se declara formalmente que no aceptamos condicionamientos externos (más
contundentes han sido las declaraciones no oficiales), ya hay voceros que
explican que nuestra Constitución está acorde con la Convemar, que el libre
tránsito está garantizado, que modificaremos nuestras leyes.
Simultáneamente, se crea un conflicto en torno al triángulo
terrestre. Así, alcanzan dos objetivos: empantanan el proceso, y presionan a
ver si se ganan alguito más.
Hay voces internas que siguen hablando de nuestros encuentros e
historia común, de cómo tuvimos un equipo de fútbol combinado, que hay que
reescribir la historia, seguir con foros binacionales donde se dore la píldora
a la población. Pero, la realidad y la reacción chilena frente al fallo, los
desnuda y pone en evidencia ante la población, que es sabia y no estúpida como
suponen.
No solo se requiere firmeza
y unidad nacional, sino que los mejores y más profesionales asuman la
misión de la implementación. No podemos tener improvisados, por muy buena
voluntad que tengan. No podemos seguir metiendo la pata con nefastas
consecuencias históricas.
Agenda futura.
Como supuestamente hemos ganado, Chile quiere, además, compensaciones.
Quiere gas, energía, “perfeccionar” el TLC, construir una dinámica fronteriza
funcional a sus intereses, terminar de consolidar su hegemonía con la Alianza
del Pacífico. Más “integración”.
Y, hoy como ayer, aquí están los quintacolumnas que les hacen
eco y que trabajan febrilmente por implementar sus designios. Inclusive en la
esfera oficial, ministros que llaman a vender gas, a buscar una mayor “interdependencia”
económica. En el pasado eran los trabajadores que como parte de la política de
solidaridad internacional del proletariado, reclamaban a los Estados esa integración
y no seguir con las fronteras artificiales que separaban a los pueblos. Hoy, son
los empresarios los que señalan que tenemos que seguir con el comercio y la
inversión ya que nos une el futuro, y las excelentes ganancias, habría que
añadir.
Mientras en Chile los líderes empresariales han formado parte o
han coordinado con sus fuerzas de seguridad y persiguen objetivos estratégicos
de su país, en nuestro caso tenemos un panorama desolador, en la mejor de las
interpretaciones, por miopía histórica.
¿A qué integración alude usted
presidente Humala?
La relación económica con Chile es asimétrica en comercio e
inversión. Es la de un intercambio norte-sur, materia primas vs manufacturas y
servicios. Inversiones y control en múltiples sectores incluidos los estratégicos,
frente a inversiones sobreestimadas peruanas en restaurantes, joyería y algunas
industrias donde se han comprado acciones. Un TLC suscrito que consolida esas
asimetrías, y que se busca “perfeccionar” constantemente. Seguir en ese camino
sólo consumaría nuestra dependencia económica, paradójicamente teniendo
nosotros las materias primas, energía, sectores y regiones emergentes que aseguran
nuestro desarrollo.
La agenda del desarrollo sí
que es urgente para el país y la macro-región sur. Sobre todo, para la Heroica
Tacna, independientemente del cumplimiento o no del fallo.
Desarrollar nueva matriz energética, construir el polo petroquímico
en el sur, potenciar Petroperú, fomentar nuestra industrialización y
exportación de servicios, asegurar los recursos necesarios para nuestra Defensa
Nacional. Todos son instrumentos de una estrategia integral. No hacerlo no
tiene perdón, porque a diferencia del pasado, hoy sí tenemos el financiamiento.
Aunque hay ejemplos de cómo decisiones o directivas públicas del presidente,
han sido bloqueadas impunemente en su implementación, por el ministro del
billete.
Si Chile no cumple el fallo, sería el colmo que se siga cediendo
a sus pretensiones expansionistas. Adiós cuerdas separadas. Sólo hay una, la
del desarrollo y la dignidad nacional. Bien advertía el embajador Oswaldo de
Rivero, que el tema no es jurídico principalmente, sino que en la
implementación prima el poder nacional y la geopolítica. A los responsables de
la usurpación de nuestro mar con sus acciones, hay que sumar en el banquillo de
los acusados a los que debilitaron nuestra defensa nacional propiciando un
desarme unilateral.
Hubo unidad nacional en la demanda, debe haber unidad nacional
en la implementación. Pero no en el camino de las concesiones y la genuflexión
que solo completarán la chilenización y virtual anexión del Perú, sino en el de
la dignidad y defensa de la soberanía nacional.
Presidente Humala, actúe en consecuencia, tome las acciones y
haga los cambios ministeriales que tenga que hacer. Todos apoyaremos.
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