jueves, 31 de mayo de 2012

¡Historia condenará a los “olvidadizos!
El 21 de mayo reciente, el gobierno “nacionalista” de Ollanta Humala se olvidó de rendir homenaje al heroísmo de los marinos que con el Huáscar al mando de Miguel Grau, un día de la misma fecha en 1879 y en Iquique, hundieron al navío chileno Esmeralda. No hubo ceremonia oficial por la efemérides. Los medios de comunicación en su vergonzosa gran mayoría, con la excepción de RPP, hicieron lo propio, como si una componenda uniera designios de baja estofa contra quienes ofrendaron la vida por el Perú.
Al año siguiente, un día como hoy en 1880, se llevó a cabo la batalla de Tacna, también conocida como del Alto de la Alianza, soldados peruanos y bolivianos, enfrentaron huestes chilenas bien entrenadas y con mayor poder de fuego. La carnicería fue atroz y aquellos héroes pelearon con honor. Ese honor del que carecen hoy quienes se llaman “nacionalistas” pero que nada diferente hacen sino gozar del placer efímero de publicidad que otorga el hedonismo de la primera magistratura.
El canciller Roncagliolo ha noticiado al país que su gobierno privilegia e impulsa la Alianza del Pacífico con Chile, México, Colombia y con ese propósito viajará el jefe de Estado Ollanta Humala el 7 de junio a la ciudad chilena de Antofagasta.
Como recuerda la historia, maestra de los tiempos, el 7 de junio de 1880 en el Morro de Arica se libró otra batalla y las tropas peruanas fueron comandadas por Francisco Bolognesi que peleó hasta quemar el último cartucho.
¡Qué contrasentido macabro el de un país que “olvida” fechas que, para bien o para mal, informan su discurrir histórico y tener en tiempos coetáneos a mandatarios que sí se hacen presentes en la celebración del natalicio de su esposa que ni es funcionaria pública y menos responsable por las acciones que acomete y de las que no da cuenta a nadie! ¿Con dinero del Estado, es decir de los contribuyentes? ¿Por causa de qué el pueblo peruano tiene que financiar una prematurísima campaña presidencial que, día que pasa, con descaro indigesto embunten por los serviles medios de comunicación interesadísimos en estar bien con el gobierno de turno?
¡Leamos cómo fue la Batalla de Tacna y cómo el hombre del pueblo y las rabonas humildes, sin más etiqueta que el amor por su patria, carentes de vestidos para cada uno de los días de la semana, huérfanas hasta de nombre porque nadie las recuerda, hicieron del holocausto de ese 26 de mayo de 1880 en el Alto de la Alianza, carne y sangre, honor y amor por la Patria que les vio nacer!
Pueblo que no recuerda y aprende de su historia, vuelve a cometer los errores que le llevaron al precipicio. El salitre de entonces es el agua y gas de hoy.
¿Hay quien se atreva a dudar de lo que realmente está ocurriendo en nuestros días?
Batalla del Alto de la Alianza 26-5-1880
El Alanismo no tiene capacidad


El Alanismo no tiene capacidad de respuesta a la denuncia y crítica de las bases del APRA contra un gobierno que los excluyó, traicionando el "cambio responsable" y el pensamiento Hayadelatorreano. No hay voceros calificados, no hay ideologos, no hay analistas, solo repetidores de las frases huecas del "Perro del Hortelano" y los defensores de una "institucionalidad" falsificada, una especie de regreso a la jaula de hierro de la "fraternidad", la "unidad" y la "disciplina", artimañas para esclavizar el libre pensamiento, la crítica creadora y la indignación ética y moral contra la enorme corrupción de un aparato deslegitimado, que busca perpetuarse para beneficiarse de las mieles del "voto duro" del APRA en las próximas elecciones regionales y locales.

El Alanismo solo produce periquitos y redactores de e-mail (casi siempre ex asalariados), imitadores de Aldo "Mariategui", usan los mismos argumentos pero más endulcorado. Los más caraduras producen documentos redactados con citas bajados de Internet y de origen socialdemócrata, organizan "talleres" bien regados para zombies y ni siquiera cuidan el contexto, solo importan los conceptos de una doctrina como la socialdemocrata que no sabe para donde dirigirse con la crisis europea. Y para darse ínfulas de seriedad hasta introducen estadísticas que pueden servir para embellecer o afear la realidad social, depende como se presenten. Estos mentecatos ( ex PCM) creen que pasan "piola" tratando de hacer filtrar como "socialdemocracia" a las tesis del Perro del Hortelano (neoliberalismo salvaje antinacional).

El primer círculo que rodea a Alan García son sus hombres de confianza, los que le cuidan las espaldas y andan armados. le hacen los mandados, usan su nombre y operan desde el celular. Otro círculo íntimo es el liderado por Roque Benavides, el dueño de Yanacocha, que consiguió neutralizar el impuesto a las sobreganancias mineras en el 2006, lo forman un grupo de ricos empresarios y algunos intelectuales antiapristas.

¿Que institucionalidad y unidad reclaman cuando García siempre tomó decisiones con los beneficiados por su gobierno y un grupo de grises operadores que se embolsillaron jugosos bonos al final de su gobierno? El CEN es una ficción de aspirantes a líderes que oscilan entre guardar sus cargos y la lealtad a García. Son como aquellos que consideran a Alan el nuevo "jefe" y lanzan en las redes documentos y fotos del aprismo auroral. Pura esquizofrenia o grave confusión emocional y mental, en el mejor de los casos.

Usaron al pueblo aprista para llegar al poder y luego gobernaron con el antiaprismo. Ahora tratan de crear la ficción de un pleito, de una discrepancia, de un conflicto entre Jorge del Castillo (petroaudios) y el propio García. No se percatan que es el mismo grupo ideológico y patrimonialista, vinculado a lobis e intereses privados ajenos al Perú.

Lo que ocurre en el PAP se inserta en la intensa lucha que se da en el Perú entre los operadores de la globalización neoliberal salvaje cuya principal arma es el fraude y la corrupción, y las fuerzas nacionales y sociales que defienden la soberanía del Estado y buscan poner a los grupos de presión bajo control democrático. Alan/jorge están usando su aparente conflicto solo para provocar una catarsis (desflamarse dicen los escribidores de la copofragia), no para "renovar" o "modernizar", sino para crear condiciones a efectos de relanzar la vieja alianza en base al "consenso" o la "unidad partidista". Jorge le está devolviendo a García la patada de su fallida candidatura presidencial y García presiona sin romper la soga, no vaya a ser que Jorge comience a hablar. Son jaloneos entre cómplices.

Alan intentó tomar al PAP para su uso exclusivo y defensa personal antes que la Comisión investigadora del Congreso emitiera sus primeras resoluciones. Reunió a un puñado de dirigentes regionales y distritales y los usó contra Del Castillo y su CEN. Pero fallaron todos los cálculos. La vía epistolar y la vocación de pegajosos caracoles de dichos dirigentes no pudieron contra la terca pared del grupo Jorgista. Fueron usados como tontos útiles. Si García quisiera zumbarse a Del Castillo, lo habría hecho personalmente como en el congreso del 2004, cuando impuso a Mulder de Secretario General atropellando a medio mundo con mirada de asesino y la complicidad de los funcionarios de la ONPE. Y si Jorge hubiese querido acabar con Alan lo habría hecho usando los estatutos, como lo hizo Acción Democrática con Carlos Andrés Pérez en Venezuela.

Jorge busca acumular oxígeno para colocar candidatos a alcaldes y presidentes regionales, necesita poder político y recursos para seguir sobreviviendo y repetir el plato. De Alan se encargará la mega comisión. Ese es su juego...hasta que la mega comisión vaya por él, entonces la alianza con Alan reaparecerá en todo su esplendor. Y si García sortea los señalamientos de la megacomisión y fiscalía, el PAP ya estará armado bajo el modelo jorgista, y tendrá que allanarse y negociar. Como se ve mafia contra mafia embadurnada de lucha institucional o crisis interna grave coyuntural y nada más.

Los líderes del Humalismo por supuesto, observan a lo lejos.

La política económica de la inseguridad

LA CRISIS DE LA SOCIALDEMOCRACIA. Cuanto más se desregulan y flexibilizan las relaciones laborales, con más rapidez pasamos de una sociedad del trabajo a otra de riesgos incalculables

La consecuencia no deseada de la utopía neoliberal es una brasilización de Occidente: son notables las similitudes entre cómo se está conformando el trabajo remunerado en el llamado Primer Mundo y cómo es el del Tercer Mundo. La temporalidad y la fragilidad laborales, la discontinuidad y la informalidad están alcanzando a sociedades occidentales hasta ahora baluartes del pleno empleo y el Estado del bienestar. Así las cosas, en el núcleo duro de Occidente la estructura social está empezando a asemejarse a esa especie de colcha de retales que define la estructura del sur, de modo que el trabajo y la existencia de la gente se caracteriza ahora por la diversidad y la inseguridad.

En un país semiindustrializado como Brasil, los que dependen del salario de un trabajo a tiempo completo solo representan a una pequeña parte de la población activa; la mayoría se gana la vida en condiciones más precarias. Son viajantes de comercio, vendedores o artesanos al por menor, ofrecen toda clase de servicios personales o basculan entre diversos tipos de actividades, empleos o cursos de formación. Con la aparición de nuevas realidades en las llamadas economías altamente desarrolladas, la “multiactividad” nómada —hasta ahora casi exclusiva del mercado laboral femenino occidental— deja de ser una reliquia premoderna para convertirse rápidamente en una variante más del entorno laboral de las sociedades del trabajo, en las que están desapareciendo los puestos interesantes, muy cualificados, bien remunerados y a tiempo completo.

Quizá en este sentido las tendencias de Alemania, a pesar del éxito que se atribuye a su modelo, representen las de otras sociedades occidentales. Por una parte, Alemania disfruta de las mejores condiciones comerciales que ha tenido en muchos años. La principal economía europea es modélica por su forma de contener una crisis: tasas de interés bajas, flujo de capital entrante, aumento sostenido de la demanda mundial de sus productos, etc. Así, el desempleo en Alemania ha caído un 2,9%, y solo alcanza al 6,9% de la población activa.

Alemania es modélica por su forma de contener la crisis, pero el empleo precario crece demasiado
Por otra parte, se ha registrado un excesivo incremento del empleo precario. En la década de 1960 solo el 10% de los trabajadores pertenecía a ese grupo; en la de 1980 la cifra ya se situaba en un cuarto, y ahora es de alrededor de un tercio del total. Si los cambios continúan a este ritmo —y hay muchas razones para pensar que será así— en otros diez años solo la mitad de los trabajadores tendrá empleos a tiempo completo de larga duración, mientras que los de la otra mitad serán, por así decirlo, trabajos a la brasileña.


Bajo la superficie de la milagrosa maquinaria alemana se oculta esta expansión de la economía política de la inseguridad, enmarcando una nueva lucha por el poder entre actores políticos ligados a un territorio (Gobiernos, Parlamentos, sindicatos) y actores económicos sin ataduras territoriales (capitales, finanzas, flujos comerciales) que pugnan por un nuevo diferencial de poder. Así se tiene la fundada impresión de que los Estados solo pueden elegir entre dos opciones: o bien pagar, con un elevado desempleo, niveles de pobreza que no hacen más que incrementarse constantemente; o aceptar una pobreza espectacular (la de los “pobres con trabajo”), a cambio de un poco menos de desempleo.

El “trabajo para toda la vida” ha desaparecido. En consecuencia, el aumento del paro ya no puede explicarse aludiendo a crisis económicas cíclicas; se debe, más bien, a: 1) los éxitos del capitalismo tecnológicamente avanzado; y 2), la exportación de empleos hacia países de renta baja. El antiguo arsenal de políticas económicas no puede ofrecer resultados y, de una u otra manera, sobre todos los empleos remunerados pesa la amenaza de la sustitución.

De este modo, la política económica de la inseguridad está ante un efecto dominó. Factores que en los buenos tiempos solían complementarse y reforzarse mutuamente —el pleno empleo, las pensiones garantizadas, los elevados ingresos fiscales, la libertad para decidir políticas públicas— ahora se enfrentan a una serie de peligros en cadena. El empleo remunerado se está tornando precario; los cimientos del Estado de bienestar se derrumban; las historias vitales corrientes se desmenuzan; la pobreza de los ancianos es algo programado de antemano; y, con las arcas vacías, las autoridades locales no pueden asumir la demanda creciente de protección social.

La “flexibilidad del mercado laboral” es la nueva letanía política, que pone en guardia a las estrategias defensivas clásicas. Por doquier se pide más “flexibilidad” o, dicho de otro modo, que los empresarios puedan despedir más fácilmente a sus trabajadores. Flexibilidad también significa que el Estado y la economía trasladan los riesgos al individuo. Ahora los trabajos que se ofrecen son de corta duración y fácilmente anulables (es decir, “renovables”). Por último, flexibilidad también significa: “Anímate, tus capacidades y conocimientos están obsoletos y nadie puede decirte lo que tienes que aprender para que te necesiten en el futuro”. La posición un tanto contradictoria en la que se sitúan los Estados cuando insisten al mismo tiempo en la competitividad económica nacional y la globalización neoliberal (es decir, en el nacionalismo y la internacionalización) ha defraudado políticamente a quienes reivindicaban el derecho individual de los ciudadanos a la estabilidad laboral y a unos servicios sociales dignos.

Parte de la clase media ha sido devorada por la crisis del euro. Vamos hacia una inseguridad endémica
De todo ello resulta que cuanto más se desregulan y flexibilizan las relaciones laborales, con más rapidez pasamos de una sociedad del trabajo a otra de riesgos incalculables, tanto desde el punto de vista de las vidas de los individuos como del Estado y la política. En cualquier caso, una tendencia de futuro está clara: la mayoría de la gente, incluso de los estratos medios, aparentemente prósperos, verá que sus medios de vida y entorno existencial quedarán marcados por una inseguridad endémica. Parte de las clases medias han sido devoradas por la crisis del euro y cada vez hay más individuos que se ven obligados a actuar como "Yo y asociados" en el mercado de trabajo.

Mientras el capitalismo global disuelve en los países occidentales los valores esenciales de la sociedad del trabajo, se rompe un vínculo histórico entre capitalismo, Estado de bienestar y democracia. No nos equivoquemos: un capitalismo que no busque más que el beneficio, sin consideración alguna hacia los trabajadores, el Estado de bienestar y la democracia, es un capitalismo que renuncia a su propia legitimidad. La utopía neoliberal es una especie de analfabetismo democrático, porque el mercado no es su única justificación: por lo menos en el contexto europeo, es un sistema económico que solo resulta viable en su interacción con la seguridad, los derechos sociales, la libertad política y la democracia. Apostarlo todo al libre mercado es destruir, junto con la democracia, todo el comportamiento económico. Las turbulencias desatadas por la crisis del euro y las fricciones financieras mundiales solo son un anticipo de lo que nos espera: el adversario más poderoso del capitalismo es precisamente un capitalismo que solo busque la rentabilidad.

Lo que priva de su legitimidad al capitalismo tecnológicamente avanzado no es que derribe barreras nacionales y produzca cada vez más con menos mano de obra, sino que bloquee las iniciativas políticas conducentes a la conclusión de un pacto para la formación de un nuevo modelo social europeo. Cualquiera que hoy en día piense en el desempleo no debería quedarse atrapado en viejas querellas como las relativas al "mercado laboral secundario" o "los gastos salariales decrecientes". Lo que parece un derrumbe debe convertirse más bien en un periodo fundacional de nuevas ideas y modelos, en una época que abra las puertas al Estado transnacional, al impuesto europeo a las transacciones financieras y a la "utopía realista" de una Europa Social para los Trabajadores.

Ulrich Beck es sociólogo, profesor emérito de la Universidad de Múnich y profesor de la London School of Economics.


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El héroe de 25 de abril
 
En la madrugada del 25 de abril de 1974, un capitán de Caballería portugués de 29 años llamado Fernando José Salgueiro Maia, complicado en el golpe militar que iba a intentar esa misma jornada derribar una dictadura que duraba desde 1926, reunió en una sala de su cuartel de Santarem a sus 240 hombres y les propinó un discurso sencillo y memorable que ha pasado a la historia de las frases claras: “Señores míos, como todos saben, hay varias formas de Estado: el Estado social, el Estado corporativo, y el estado al que hemos llegado. Ahora, en esta noche solemne, vamos a acabar con el estado al que hemos llegado. Así que el que quiera venir conmigo, que sepa que nos vamos para Lisboa y terminamos con esto. Quien quiera venir, que salga fuera y forme. Y el que no, que se quede”.
Era la una y media de la madrugada. Nadie se quedó.
Todo había comenzado hacía casi una hora, tras la emisión en la cadena Radio Renascença de la canción-clave acordada por los implicados en el golpe, Grândola Vila Morena, que sirvió de detonante.
El pelotón comandado por el capitán Salgueiro Maia, compuesto por diez blindados, doce camiones, una ambulancia y un jeep, se pone en marcha a las tres y veinte de la mañana encargado de llevar a cabo la misión más difícil de todos los conjurados: penetrar sin incidentes hasta el corazón de Lisboa y tomar la Praça do Comércio, la hermosa (y estratégica) plaza abierta al mar, donde se sitúan el Gobierno Civil y varios ministerios.

Salgueiro Maia 2
Nada en el país ni el mundo hacía presagiar que esa madrugada aparentemente como los otras el país iba a vérselas con su futuro de la mano de un puñado de capitanes jóvenes, valientes y hartos de una guerra colonial sin victoria posible que el maltrecho imperio portugués mantenía a contracorriente por empecinamiento político del dictador António Salazar y de su sucesor en el poder desde 1971, Marcelo Caetano. Nadie sospechaba nada. Esa misma noche, por ejemplo, Mário Soares, por entonces líder en el exilio del Partido Socialista portugués, de visita en Bonn, cenaba con un alto cargo alemán que le recomendaba tener paciencia porque la dictadura portuguesa, según sus informes, iba para largo.
La columna de Maia pasa a las cinco por los peajes de la autopista de entrada a Lisboa sin que los operarios sospechen otra cosa que unas maniobras militares madrugadoras. Media hora después, ya en la ciudad, en el cruce entre Campo Grande y la Alameda da Universidade el cívico conductor del jeep de Maia, al frente de la columna, se detiene ante un semáforo rojo al lado de un autobús municipal procedente de las cocheras. Salgueiro Maia, algo estupefacto por la situación, mira el semáforo, luego al chófer, se convence a sí mismo y dice:
- Arranca, una revolución no se para por un semáforo rojo.
Casi al amanecer, alcanzan la Praça do Comércio con el objetivo cumplido: no han creado alarma ni se han producido combates ni derramamiento de sangre. Los soldados se despliegan. Hay un problema logístico: la plaza controlada por Maia es terreno de paso para millares de lisboetas que ese día van a trabajar. Una empleada de la limpieza del Ministerio de Salud habla con el capitán y le pide que le deje pasar porque ya llega tarde. Maia, tocado con su gorra de faena, responde: “Mire señora, hoy no se trabaja. Mañana, tal vez, pero hoy no”. A la empleada se le suman en la protesta varios obreros más que necesitan atravesar la plaza para coger el metro. Maia añade, entre enfadado y profético: “A ver, señores, hoy no van a ir a trabajar. Ni hoy, ni ningún otro 25 de Abril, porque a partir de hoy este día va a ser fiesta”.
Un periodista de Reuter le pregunta que por qué está ahí:
- Para derribar al Gobierno.
- ¿Puedo ir a la redacción, contarlo, y luego volver?
- Oiga, nosotros estamos haciendo esto para dar libertad a las personas. ¿Cree que le voy a privar a usted de la libertad de informar? Ande y vuelva cuando quiera.

25 de abril 1

No todas las visitas son así. Tras algunos encuentros con brigadas de la policía o de batallones fieles al Gobierno a los que Salgueiro Maia convence, sin disparar un tiro, para que se unan a la revuelta, a media mañana, al capitán le informan de que se aproxima a la plaza una columna con cinco blindados escoltada por miembros de la Policía Militar y soldados de infantería al mando del general de brigada Junquera dos Reis, fiel al Gobierno. Mientras, una fragata anclada en el estuario del Tajo apunta sus baterías hacia las fuerzas de Maia. Éste, con un pañuelo blanco bien visible en la mano y una granada oculta en el bolsillo, avanza hacia las tropas de Junquera dos Reis. Éste ni se digna a salir del carro de combate en un principio al darse cuenta de que quien tiene enfrente no pasa de capitán. Salgueiro Maia se planta en medio de la calle a unos 100 metros de los tanques del general de brigada, con la intención de dialogar, solo, jugándoselo todo a una carta, encarando una muerte cierta. En su novela Soldados de Salamina Javier Cercas define al héroe como aquel “que no se equivoca en el único momento en que importa no equivocarse”. Para Salgueiro Maia –y para la Revolución que se desarrolla en ese momento en todas las grandes ciudades de Portugal- ha llegado ese momento. El brigadier ordena a uno de los servidores de la ametralladora que abra fuego. El capitán lo oye pero no recula. El soldado observa a Maia y se niega a disparar. El brigadier ordena después a los fusileros que acaben con Maia. Éste, con el pañuelo en una mano y la granada en el bolsillo del pantalón, aguanta, firme, sin moverse, sin darse la vuelta, sin rendirse, sin retroceder. Los soldados de infantería también rechazan la orden del brigadier que, de pronto, se queda solo y de pura rabia pega varios disparos al aire mientras ve cómo o su columna se desintegra y se suma a las filas de los rebeldes.
En esto los lisboetas han comenzado a ganar la calle, olisqueando la libertad que se presiente. Maia, con la Praca do Comércio controlada, recibe al mediodía la orden proveniente del puesto de mando rebelde de cercar y rendir el cuartel general de la Guardia General Republicana (GNR), en el centro de Lisboa, donde se encuentra, protegido por 300 hombres armados y experimentados, el dictador Marcelo Caetano. Salgueiro Maia emprende la marcha seguido de su columna de carros de combate. Esta vez cumple escrupulosamente las señales de tráfico. Lisboa es un hervidero de gente que contempla maravillada el rodar estruendoso de los tanques en dirección de la madriguera del dictador. En Largo do Carmo, Maia desplega sus hombres entre el gentío y cerca el cuartel general de la GNR. Se dan episodios chuscos, muy portugueses, propios de esta revolución cercana, alérgica a la grandilocuencia, particular e incruenta: los soldados toman posiciones cuerpo a tierra mientras niños de seis años, a su lado, los observan con admiración, con la misma cara que pondrían viendo una película. Hay vecinas que prestan al capitán la terraza de su casa porque desde ahí, según cuentan, se ve el mejor el interior del cuartel; hay vecinos que le cuentan que Caetano puede utilizar una salida por la puerta de atrás que ellos conocen de toda la vida… Lisboa entera, en la calle, asiste asombrada, esperanzada y feliz al episodio histórico que va a cambiar su vida para siempre. Hay gente subida a los árboles, a los buzones, a los coches, la muchedumbre es tanta que los soldados, en vez de preocuparse en vigilar el cuartel que han de tomar por las armas se ocupan de acordonar la zona para no verse aún más desbordados. Comienzan a circular claveles rojos que unos dicen que provienen de un cargamento de flores que ha quedado bloqueado en el puerto y otros de una boda que se ha quedado sin celebrar por falta de notario…
El dictador ha comido salchichas con patatas fritas dentro del cuartel y oye cómo un capitán con un megáfono que acaba de convertirse para siempre en héroe le conmina a rendirse en diez minutos: “Diez minutos, señores, tienen diez minutos para salir con las manos en alto”.

Entonces, a las cinco de la tarde, con la multitud enardecida y el dictador Caetano cada vez más escondido y solo y convencido de que su vida acabará en Brasil, dos altos cargos del régimen agonizante llegan al Largo do Carmo con intenciones de negociar la rendición y la salida del dictador. Y preguntan al capitán Maia:
-¿Quién manda aquí?
El capitán de 29 años que se ha jugado la vida horas antes ante cinco carros blindados para salvar la Revolución, que mantiene el cuartel general de la GNR cercano rodeado de soldados rodeados a su vez de una muchedumbre pacífica y exultante, el tipo que no se ha equivocado en el momento en que no tenía que equivocarse, como un verdadero héroe de novela, el militar que se entrevistará poco después con Caetano personalmente para aclarar definitivamente la rendición y que morirá muchos años después, en 1992, de un cáncer, sin aceptar jamás ningún cargo político, ese hombre, Salgueiro Maia, se encogió de hombros ante estos dos gerifaltes y sin soltar el megáfono les respondió:
            



Aristócratas, oligarcas, monarcas y nobles de nuevo cuño

Tiempo ha fui invitado a integrarme al Grupo “Ensayos sobre la oligarquía peruana”. Acepté y gustosamente sigo allí. Soy uno más de sus 5893 integrantes y que ojalá sean unos miles más. Pueden solicitar pertenecer al grupo sin pagar nada a nadie, ni riesgo de que los defenestren.
No creo que me sancionen si discrepo de sus administradores, tal como me ha sancionado FACEBOOK (FB) sin que yo sepa quiénes son mis denunciantes, cuáles son los cargos concretos que se me imputan y sin posibilidad alguna de defenderme y apelar del fallo sui generis, ya que no sé ante quién se interpone la apelación y, además, creo que el famoso FB es única y última instancia.
No voy a entrar a escudriñar los linderos delebles de la semántica de los vocablos aristocracia (gobierno de los mejores), oligarquía (el poder en pocas manos, de ricos), monarquía (gobierno de reyes y reinas) y nobleza (allegados a los monarcas por consanguinidad, afinidad, misticismo o no sé qué mas).
Solo quiero subrayar que todos ellos son de nuevo cuño: se han metamorfoseado, se llaman presidente, primera dama, jefe de partido político, banquero, empresario, etc., etc., pero siguen siendo pocos, unos cuantos, si pensamos que la población mundial supera los seis mil millones de personas.
Dos de ellos, bastan para decidir por el resto que se somete ciega y servilmente, porque su fajín, su curul, su cargo o su sueldo depende de solo dos o a veces de uno.
Eso explica que el presidente Ollanta Humala, se reúna con el expresidente Alejandro Toledo (el que regaló el gas de Camisea en coyunda con PPK), y decidan que la presidencia del poder legislativo del Perú debe seguir en manos de GANA PERU. ¿Estaba Nadine Heredia también presente para la foto?
De nada vale que la Constitución Política establezca que los congresistas "no están sujetos a mandato imperativo" (Art. 93°). Se zurran en dicho texto y ni siquiera guardan las formas: deciden por otros y lo difunden por su acomedida prensa.
Estos son los aristócratas, oligarcas, monarcas y nobles de nuevo cuño; comen sobre el mismo mantel, generalmente grande, mientras los más, o sea, los pobres, sufren hambre hasta después de haber comido, esos que defienden las entrañas de Conga para que no se las lleven en carretilla y volquete los pocos.

Memorias de un revolucionario

 
Esta es la palabra de Alaín Elías Caso, un luchador social de la generación del ‘60 que hoy, a sus 73 años, tiene perennes recuerdos. Con especial nostalgia recuerda a los compañeros caídos en combate, entre ellos el poeta Javier Heraud, a quien vio morir a su lado cuando la guardia republicana y enardecidos pobladores de Madre de Dios lo abalearon un 15 de mayo de 1963.

Fue la poeta Violeta Carnero de Valcárcel quien le entregó el boleto de viaje a Cuba que su amigo Alfonso Barrantes Lingán le prometió. ¿Quieres viajar a Cuba a entrenarte? –le preguntó una tarde. Era fines de 1961 cuando Alaín Elías Caso se embarcó junto a otros jóvenes peruanos a Cuba, extasiados por el éxito de la revolución encabezada por Fidel Castro y el Che Guevara. Llegaron a la isla el 31 de diciembre de 1961 y se hospedaron en un hotel cercano a la Costanera. Fueron a celebrar el año nuevo en la Universidad de La Habana, entre ron, arroz congrí y música.


TRISTE PERÚ, AGUARDA
A fines de 1962, los peruanos revolucionarios retornan al Perú por Europa (debido al bloqueo, no había otro manera de volver). Salieron de La Habana hacia Frankfurt. En tren llegaron a Francia y España; en avión, a Brasil, camino a Corumbá. No pararon hasta llegar a la capital boliviana. “Hasta ahí llegamos todos los que estábamos dispuestos. Seríamos 50 peruanos de distintas universidades. Yo estudiaba derecho, ‘el torcido pre-derecho’”, bromea.


Se trasladaron cerca a Guayaramerín y siguieron la ruta en dirección a Perú por el río Manuripe. Al partido comunista boliviano le pidieron mulas e implementos para cargar el equipo, pero no se los proporcionaron. A pesar de eso, no dieron marcha atrás. Necesitaban recabar información respecto a la situación peruana del momento.


Héctor Béjar era el primero al mando; Alaín, el segundo. Coincidieron en que debían separarse. Un grupo iba a ingresar a Puerto Maldonado y preparar la entrada de los demás, que aguardarían en la frontera. En ese momento se desprende una vanguardia que no superaba las diez personas, conformada por los que sabían manejar, entre ellos Alaín Elías y el poeta Javier Heraud. A pocos días de que Lindley derroque el régimen de Pérez Godoy, ingresaron a Madre de Dios.


EL RESTAURANTE
Eran las siete de la noche cuando deciden hacer una parada en un restaurante de la zona. Un ex guardia republicano se percató de la presencia de los jóvenes y denunció falsamente en la comisaría de la ciudad que “Hugo Blanco y su gente” estaban a tan solo unas cuadras.


Mientras se registraban en un pequeño hotel, llegó la guardia republicana acusándolos de contrabandistas. “Todo era un pretexto para encarcelarlos. Les dijimos que nos revisen, que no tenía sentido la imputación, pero nos escoltaron a la comisaría”, manifiesta.


Alaín Elías no es de los que se arrepienten de sus acciones. El único momento en que trastabilla es al recordar por qué se inició el revuelo. “Tal vez si hubiéramos ido de frente al hotel, nada hubiera sucedido”, comenta.


Fuertemente custodiados por los miembros del orden, caminan a la jefatura. Javier estaba al lado izquierdo y el teniente al lado derecho. No había escapatoria. Poco antes de llegar, el poeta le pregunta a Alaín –como quien hace una afirmación–: “No vamos a entrar, ¿no?”. “De ninguna manera”, le responde. Tras una pequeña discusión entre Alaín y el teniente, este ordena a los demás policías: “Saquen los palos (pistolas)”. Y empieza el tiroteo.


“Era de noche. Yo estaba pegado al teniente y Javier a mi costado. Cuando paró el tiroteo saltamos, en ese momento murió un guardia republicano que venía adelante”. El muerto se lo endosaron a los jóvenes y el pueblo, azuzado, exigió que sean capturados.


Tiempo después se enteraron de que el policía que venía detrás –aprovechando el pánico– le disparó a su compañero, pues aquel sargento tenía una relación especialmente cariñosa con su esposa.


Javier y Alaín saltaron a una zanja mientras intentaban sacar sus armas. Cuando se sintieron seguros, se percataron de que solo se tenían el uno al otro. El paradero de los demás era un misterio.


Mientras vuelve el rostro 49 años atrás, recuerda que el proceso revolucionario cubano avanzaba a una velocidad increíble. Lo que impactaba a los jóvenes de ese entonces no era la libertad abrumadora, las armas, ni la oportunidad de ejercer el poder. Era convertirse en testigos de que la opresión y la justicia social no eran utopías, “que se podía cambiar”.


Llegaron al kilómetro 3 de la carretera, pero Alaín fue a averiguar lo sucedido con sus demás compañeros. Javier se quedaría a la espera. “Cuando vuelva –si vuelvo– voy a silbar una canción conocida. Si no retorno, ve en busca de los compañeros que deben estar por el otro lado”, le dijo al poeta.


Cuando transitaba por la noche de aquella provincia desconocida, su soledad se vio interrumpida por dos jóvenes que caminaban a su lado. “¿Qué hora es?”. “Las ocho”, respondieron. Al retornar, sin haber hallado nada, Alaín se encuentra con los mismos parroquianos que estaban de regreso, igual que él. “¿Y ahora, qué hora es?”. “Las nueve”, dijeron. Lo que el novato Alaín desconocía era que esas personas no eran simples caminantes, sino dos miembros de la PIP (Policía de Investigaciones del Perú) que rastreaban la carretera en su búsqueda.


Un silbido acaso inconfundible fue el que entonó a su vuelta: “Arriba los pobres del mundo, de pie lo esclavos sin pan”. Ahí durmieron hasta el día siguiente a las diez de la mañana, cuando un campesino que iba montando un buey los ubica. Se inicia la persecución tras la llegada de una jeep que irrumpe en disparos. Javier y Alaín corrieron, cruzaron una franja de monte sin saber que su destino sería un barranco que desembocaba al río Madre de Dios.


Utilizaron una raíz de 20 metros para descender. Alaín bajó primero, no sin antes despojarse de las botas y la ropa. Ríe cuando recuerda que lo único que los separaba del paraíso de Eva era los calzoncillos. Metieron todo en la bolsa de jaba que el poeta había traído de Cuba.

Se adentraron en el largo río y, a pesar del cansancio, subieron a una canoa y continuaron la huida. Al percatarse de la presencia de otra canoa ocupada por los guardias republicanos que les dispararon sin éxito desde un automóvil, se rindieron. “No disparen, nos rendimos” dijeron, pero el río los estaba arrastrando y era imposible dar marcha atrás. “Una vez que el río Madre de Dios nos llevó, dijimos ‘ya fue’ y seguimos nadando, pero ellos seguían disparando y las balas picaban cerca, sentía cómo vibraban”, cuenta Alaín.


Se aproximaba otra canoa y ocurrió un enfrentamiento con los guardias. Dos de ellos resultaron heridos.


Las balas los impactan, pero se reincorporan. Minutos después, Alaín es nuevamente herido, sin saber que una bala explosiva, de cacería, había ingresado en el cuerpo de Javier. El poeta quedó recostado, inerte y todo el fuego se centró en él. 19 disparos, casi los años de vida que tenía.


Alaín vuelve los ojos a aquel 15 de mayo de 1963 en que vio morir al poeta. El hombre setentón se hace a un lado y le abre paso al joven de 23 años, pero el momento se ve interrumpido por una respuesta que lo describe de cuerpo completo.


-¿A usted en dónde le dispararon?
-En el río– y no para de reír de su respuesta, para luego señalar que fue en el cuello.
Se recuerda paralizado por los disparos, preguntándose si la bala le había impactado en la arteria o en la vena. “Si es en la arteria, me voy en cinco minutos”, pensó. Antes de que cesaran los disparos, colocó su dedo sobre el orificio, con la esperanza de que no sangrara más.


Entre guardias republicanos, civiles y policías de investigación les dispararon un total de dos mil 500 balas, sin contar las que provenían del puerto.

EL DIVORCIO
Aunque afirma no seguir ninguna corriente política, se ha divorciado del comunismo y separado temporalmente de la izquierda por mutuo acuerdo. Dice haber votado por Ollanta Humala en las elecciones, pues “no iba a votar por la jefa de los bandidos”.


Detesta las etiquetas. Ni comunista, ni mariateguista, ni izquierdista, ni anarquista. Simplemente Alaín Elías Caso. De los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana solo rescata una frase: “Ni calco ni copia, creación heroica”. Los tiempos cambian y las ideologías evolucionan, asegura.


“Cuando te quedas en el dogma, estás muerto, como los que se quedan en la eternidad, y la eternidad no existe. ¿Te imaginas si hubiera un solo eterno? Seríamos esclavos de ese eterno, una sarta de imbéciles”.


Preguntas es voz alta:

1-Si como apunta Rodríguez Elizondo, haciéndose eco del equipo chileno en la Haya, la estrategia peruana en el tema de la delimitación marítima consiste en presentar a Chile como país armamentista y agresivo, ante el cual Perú solo pide "equidad"...¿No es una contradicción mantener la política de cuerdas separadas, haciendo negocios y tejiendo acuerdos comerciales con un país potencialmente agresor?.

La Alianza del Pacífico (México-Colombia-Chile-Perú) es innecesaria. Ya existen otros mecanismos comerciales más funcionales y ágiles. ¿Porqué la insistencia?

Alan García por lo demás, ha asegurado los intereses económicos chilenos con el TLC, independientemente, de los resultados del fallo en La Haya, Chile seguirá explotando el mar peruano.

Antes del TLC Perú podía denunciar los acuerdos pesqueros de 1954, aunque ahora, ello pasa por el TLC. García se encargó de presentar la demanda en la Haya, pero también con el TLC asegurar los intereses económicos de Chile en el mar territorial peruano. Es decir García -el más pro chileno presidente de toda la historia de la república-, en nueva versión del "Perro del hortelano", estableció un principio de "soberanía limitada" en el mar peruano (que alguien comentó en la lista, contra toda evidencia histórica, que no existe). Por este hecho que atenta contra los sagrados intereses del Perú, García debe ser inhabilitado en el Congreso a perpetuidad para ocupar cargo público alguno. Que se vaya a vivir a Chile.

Ahora, si los jueces bajo el principio de "equidad" reconocen los derechos pesqueros (exclusivos) de Chile y reconocen también el reclamo peruano de la linea equidistante...¿No estarían consolidando el despojo económico del mar peruano?, ó ¿la explotación pesquera en la zona objeto de la demanda pasará a ser binacional?.

2- Con el pretexto del desminado, es evidente que Chile ha redefinido de facto la frontera en términos favorables a sus tesis.El alambrado que unilateralmente han instalado alrededor del hito 1, supuestamente es para proteger a quienes transitan por la zona. Pero eso no es así, Chile "de facto" está imponiendo su soberanía en territorio peruano, de la misma forma como impone su soberanía y dominio sobre el mar territorial, de tal forma que su argumentación jurídica en la Haya, se refrende en "los hechos". Algunos jueces, sensibles a evitar guerras pueden optar por la solución más pacifista: Dejar las cosas como están...¿Es posible?

Esta situación, salvando las diferencias históricas y geográficas, es similar a la cordillera del Cóndor y Tiwinza. Ecuador se infiltró y ganó el pulso militar. Luego se retiró, pero consiguió un nuevo tratado, libre circulación en los ríos peruanos, Tiwinza y dos enclaves (que traerán problemas en unos años).

Los avances en la frontera realizada por la clase política y militar chilena está siendo manejada por la diplomacia Humalista con "prudencia", es decir no hacer nada y solo enviar notas de protesta. ¿Es que la nueva estrategia de Torre Tagle consiste en neutralizar y evitar cualquier incidente armado en la frontera? ¿No caer en la provocación consiste en dejar que Chile redefina la frontera unilateralmente? Si esa es la estrategia ¿Que ocurre si en la Haya no se toma ninguna decisión y se deja las cosas como están? ¿Perú perdería entonces los 37,000 Km del llamado triangulo de Tacna? ¿Se legitimaría la redefinición territorial unilateral efectuada por Chile -y confirmada en sus notas de respuesta a cancillería peruana- ? ¿Y que ocurre si la Haya le da la razón a Chile y no al Perú?, la demanda marítima ¿nos haría perder territorio tacneño?

3- De lo anterior se pueden desprender algunos escenarios probabilísticos.

Escenario 1

La Haya da la razón al Perú en cuanto a la validez de la línea equidistante y no el paralelo. Confirma que los acuerdos pesqueros de 1954, son eso y no un tratado fronterizo. Reconoce los derechos pesqueros de Chile pero sin vincularlos al fallo de la Haya, sino a los procedimientos del derecho internacional que regula convenios bilaterales.

Chile rechaza el fallo, no lo reconoce. Las encuestas indican que la opinión pública chilena está por mantener el statuo quo y la clase política y militar anuncian que seguirán otros procedimientos. Estudios prospectivos señalan que si Perú explota con Chile los recursos pesqueros, caerá el PBI de Chile en un tercio.

Perú con un gobierno nacionalista auténtico, advierte que de no aceptar Chile el fallo de la Haya, se considerará la denuncia y abrogación del TLC. Chile responde militarizando la región Arica-Parinacota. Y los medios de comunicación peruano, con capital chileno, inician una campaña para "distender" la situación y promover el "dialogo" con Chile, de tal forma que el fallo de la Haya pierde importancia.

El ejército chileno consolida la ocupación de la frontera terrestre despojando a Tacna de 37,000 KM. Se producen manifestaciones y movilizaciones de protesta en todo el Perú. El gobierno solicita la intervención del UNASUR y la OEA. Los EEUU presionan para un "dialogo" bilateral. Alan García desde su retiro, anuncia que está dispuesto a ser "mediador", lo que genera malestar en el Perú, salvo en su partido alanizado.

Los políticos, intelectuales y militares (r) más lúcidos señalan que el derecho ya está reconocido y que en una generación el Perú estará en condiciones de hacer valer sus derechos si fracasa la vía diplomática y multilateral, siempre y cuando, se impulse la renovación de las FFAA, un impuesto especial de emergencia a las exportaciones por un período de tiempo sin necesidad de modificar los TLC, se fortalezca el vínculo estado-sociedad con políticas sociales y de participación ciudadana y se renuncie a la estrategia de "cuerdas separadas".

Resultado: La impotencia. Un fallo de la corte que no puede ejecutarse sino por la vía armada.

Escenario 2

Chile acepta el fallo de la Haya que le reconoce derechos pesqueros ya consolidados con el TLC. Anuncia el gobierno chileno a la opinión pública de su país, que los derechos pesqueros es lo más importante y que son casi perpetuos. Se establece de facto una soberanía limitada del Perú sobre su mar territorial reconocido por el fallo de la Haya. Se realizan negociaciones bilaterales para establecer protocolos para la vigilancia de la zona pesquera. Extraoficialmente, las FFAA chilenas manifiestan su rechazo a la sentencia de la Haya responsabiliando a "los políticos" del fracaso chileno. Surgen protestas en Santiago contra inmigrantes peruanos por parte de sectores militaristas y de extrema derecha chilenos.

Alan García hace declaraciones asumiéndose como el autor de la estrategia peruana para "recuperar" el mar territorial, y se proclama "visionario" por el TLC, proponiendo se construya un monumento en honor de Arturo Pratts, Miguel Iglesias y Nicolás de Pierola en la parte inferior del monumento a Don José de San Martín, el libertador de los dos países.

El ex Presidente Salvador Piñera y miembros de la concertación chilena impulsan un comité para promover el otorgamiento del premio nobel de la paz a Alan García. En el Perú, el comité lo forman Mónica Delta, Hugo Otero y Mauricio Mulder.

Los sectores nacionalistas y de las FFAA peruanas comienzan a debatir el fallo de la Haya, y se comienza a filtrar un descontento ante una sentencia que en la práctica solo le permite al Perú mover sus patrullas navales a la zona equidistante y reorientar a los pescadores artesanales peruanos que se pierden ante la fuerza de las corrientes del sur. Se sospecha de un sutil y muy hilvanado fraude en contra del Perú.La armada chilena retrocede fuera de la línea equidistante y se mantiene alerta para intervenir en caso de problemas con los pesqueros chilenos en mar territorial peruano.

Chile da por concluido el "desminado" de la frontera con Tacna, retirando su alambrado. La policía peruana reocupa el espacio fronterizo. Los ex cancilleres del Presidente Ollanta Humala "se felicitan" por su estrategia "de la prudencia".

Los medios de comunicación con capital chileno en el Perú, hablan del "triunfo" del Perú y de las nuevas relaciones con Chile. Superado el tema marítimo piden seguir profundizando la "complementariedad" económica peruano-chilena en el marco del TLC o la Alianza del Pacífico. Anuncian que el Perú debe mantener la ruta de la "modernización" y la globalización, con una nueva generación de reformas económicas que aseguren las "inversiones" (de Chile). Se anuncian nuevas privatizaciones y concesiones en la amazonía y artículos adicionales al TLC con Chile para darle mayor "seguridad jurídica" a las inversiones de ese país en el Perú.
Un grupo de ex embajadores y embajadores peruanos anuncian que llegó la hora de suscribirse a la Convención del Mar y el gobierno de Bolivia avanza en su demanda en La Haya contra Chile. Se filtra que la linea equidistante perjudica la reivindicación Boliviana de una salida al mar y que Boliviamar en Moquegua es un fracaso por ausencia de inversiones.

Resultado: Algo parecido a una ilusión óptica. Perú no puede ejercer soberanía completa por los derechos pesqueros de Chile y pasa a ser una especie de protectorado económico.

Escenario 3

La Corte de la Haya, de acuerdo a su propia jurisprudencia, en su sentencia confirma de forma abstracta las tesis peruanas, pero alienta un diálogo bilateral para resolver de forma pacífica la soberanía del mar territorial. Argumenta que Chile ejerce soberanía desde 1954 que Perú no ha cuestionado sino muy recientemente, y que Chile ha demostrado posesión territorial sobre el hito 1 fronterizo de acuerdo a su interpretación del tratado de 1929.

Chile desmantela discretamente sus alambradas y le plantea al Perú un "Gran acuerdo para la prosperidad" que es saludado por la derecha peruana.

Para Chile es un triunfo y para el Perú es una sentencia decepcionante. El tema queda congelado indefinidamente.

Simplones: la historia no es lineal

Vívese en Perú una realidad política tan primaria y hasta cavernícola que lo insólito tiene patente de corso a través de los medios de comunicación para, virtualmente, embutir contrabandos ideológicos a toda la población.
Por ejemplo: ¿qué sentido tienen esas encuestas que nombran a dos damas con la posibilidad de accesar a la presidencia dentro de cinco años? ¿acaso vivimos en un lugar dulce en que cada quien tiene predestinado su rol en el próximo lustro? ¿qué es esa estupidez mayúscula de denotar, otorgar importancia a textos en Twitter provenientes de quien no tiene puesto en el aparato del Estado y ninguna responsabilidad y ¡sobre todo! no fue elegida para nada!
¿Qué tanta alharaca con la postulación evidentísima, con o sin el Apra, del señor Alan García Pérez? Un político inescrupuloso como García sabe bien cobrar los favores y no desconoce qué teclas tocar para que los títeres le obsequien cobertura para sus vanidades megalómanas.
Lo trágico de todo el asunto es que si todo pudiera arreglarse con los cartabones que nuestros intelectuales, políticos, diplomáticos, legisladores, escritores, periodistas, pergeñan como solución apotegmática al intríngulis nacional, entonces Perú sería el país más feliz y plácido del mundo. Los hechos demuestran que no es, ni de lejos, así.
No hay nada más peligroso que creerse la fantasía onanista que por llegar episódicamente a los pagos del gobierno, casi siempre muy lejos del decididor y mandón poder transnacional, se arribe a la conclusión que la historia comienza con esta génesis. La irresponsabilidad promueve el olvido de las promesas, la traición a los enunciados y a la abyecta premisa que Perú es una chacra o un cuartel donde se dan órdenes que deben cumplirse “sin dudas ni murmuraciones”.
El paulatino escalamiento del tema que involucra a Perú y Chile en el contencioso marítimo planteado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya es inevitable. Nada hay en Perú, a excepción de los terremotos, tan intenso y vibrante como la difícil vecindad con el país del sur. Razones múltiples así lo testimonian. Y en lugar de comprender que ha llegado la hora que Perú se dé su propia respuesta, la que está pendiente desde el aciago año de 1879, diplomáticos, intelectuales, políticos, escritores, poetas, genios de quiosco y aficionados a jugar con los riesgos de otros, se dice o pronuncia cualquier cosa. Excepción hecha de enterar al pueblo de qué se trata.
Por eso la principal noticia que campanea en el tímpano de cualquier peruano es la referida a violación, estafa, crimen a balazos, asesinato con arma blanca, descuartizamiento inmisericorde, atropello con destrucción corporal, etc.
En esa línea de sentina, con inadvertencia clamorosa el gobierno del señor Ollanta Humala “olvidó” recordar con todo el Perú el 21 de mayo, Iquique; el 26 del mismo mes, Tacna o el Alto de la Alianza; y no se hizo el homenaje que se otorga a quienes lucharon por la Patria. Como ha anunciado el propio canciller Roncagliolo, Humala estará el 7 de junio en Chile para fortalecer, dice el oficialismo, la Alianza del Pacífico, al lado de Chile, Colombia y México. ¿Estaría Akihito el 6 ó 9 de agosto de cualquier año celebrando alguna ceremonia oficial en Estados Unidos? La falta de casta, orgullo y clase es palmaria y acusatoria.
El embrutecimiento masivo consiste en el lavado cerebral vía los medios de comunicación. Así hay sectores vastos que viven convencidos de la maravilla de la cocina y los cocineros peruanos y que son factores sobre los que hay que mostrar orgullo. Cierto que el negocio y los dólares, los regentan y ganan otros, jamás los de abajo, comunes, corrientes y ¡simplones!
La bondad minera se traduce en sus exportaciones millonarias y en los impuestos que sufragan. ¿Y por causa de qué, por ejemplo en Cajamarca, hay tanta oposición a Conga? Más allá de aventureros presidencialistas, no puede descartarse que las protestas tengan basamento y savia. ¿Por qué Cajamarca sigue siendo uno de los departamentos con pobreza extrema y crítica?
La historia no es una mar calma desprovista de tsunamis, lides, pujas, viento y marea, no es lineal e impoluta, se nutre de vivencias, de yerros y aciertos en que incurren gobiernos capaces o ineptos. La historia, madre y maestra de los tiempos, ciega a los estúpidos, a los que creen que su cuarto de hora les da licencia para pretender ser iluminados que dan palos de ciego por doquier.
¿Cuánto de lo antedicho, es sensiblemente cierto?
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
Paren de matar vs paren de morir

A los que aún no paran de morir se les tilda o describe como radicales antimineros, que dicen No a Conga-Espinar por puro gusto ideológico; que se oponen a la explotación minera por oponerse.

No advierten, con avivato sesgo, que aquellos gobernantes que no paran de matar son mucho más radicales o extremistas, con enceguecido tanatismo y homus belicusdentro, como traduce la conocida expresión "Conga va, Sí o Si", apenas bajado del avión que los trajo de Estados Unidos estrechando manos con Barack Obama y Nadine, por supuesto, tomándose fotos en contraste de talla con la primera dama de ese país.

Los que solo mueren circundan los asientos mineros, viven allí con sus hijos y nietos, achicando sus vidas paupérrimas, respirando aire y bebiendo agua contaminados con mercurio o plomo, imposibilitados de un buen pastoreo y viendo los inmensos tajos hechos a sus terrenos superficiales y que poco a poco sus acuíferos, lagunas y bofedales terminan secándose tal como los ofrecidos reservorios, por cuyas razones protestan, se desgañitan sin ser escuchados, y al final toman los caminos mientras mueren, a la par que el oro, plata u otros minerales lugareños se esfuman y los dejan aún más empobrecidos (La Oroya, Hualgayoc, etc.).

Aquellos que están asidos al poder de gobernar, elegidos con votos de engañifas, como nuestro actual presidente Humala, y los anteriores García, Toledo, Fujimori y demás, viven lejos del explotado yacimiento minero sin sufrir los estragos del que protesta y luego muere inclemente. ¡El daño no lo experimentan ellos!

Estos, residen en Lima, a miles de kilómetros de distancia, arrellanados en lujosas residencias y manejando costosos vehículos de lunas polarizadas, administrando las gruesas cantidades de dinero que el oro produce y simultáneamente siendo, y a la postre también, archimillonarios con cuentas bancarias descomunales, con dinero suficiente para tentar más tarde ser reelegidos nuevamente. ¡Nunca les falta una Keiko de reemplazo!

¿En cuál de los dos sectores, que unos matan con el sadismo de las armas y otros mueren con inexplicable masoquismo, anidará el llamado puro "gusto ideológico"?

La respuesta es suya respetable lector. La mía fluye a borbollones en la presente semblanza de la iniquidad.
 Letra de Vasija de barro y versión aprista


Yo quiero que a mi me entierren,
como a mis antepasados...
yo quiero que a mi me entierren,
como a mis antepasados.

En el vientre oscuro y fresco,
de una vasija de barro...
en el vientre oscuro y fresco,
de una vasija de barro.

Cuando la vida se pierda,
tras una cortina de años...
cuando la vida se pierda,
tras una cortina de años...

Vivirán a flor de tiempo,
amores y desengaños...
vivirán a flor de tiempo,
amores y desengaños...

Arcilla cocida y dura,
alma de verdes collados...
arcilla cocida y dura,
alma de verdes collados...

Luz y sangre de los hombres,
sol de mis antepasados...
luz y sangre de los hombres,
sol de mis antepasados...

Aqui nací y aquí vuelvo,
arcilla, vaso de barro...
aquí nací y aquí vuelvo,
arcilla, vaso de barro...

Con mi muerte vuelvo a tí,
a tu polvo, enamorado...
con mi muerte vuelvo a tí,
a tu polvo enamorado...

Vasija de barro...
vasija de barro...
------------------------------------------------------------------------
VASIJA DE BARRO (versión aprista-Años setenta)

Yo quiero que a mi me entierren
como a mis antepasados
en el fondo oscuro y fresco
de una vasija de barro ... (bis)
Yo quiero que a mi me entierren
como al revolucionario
envuelto en bandera Aprista
y con mi fusil al lado ... (bis)
¡Cuando los pueblos se alcen
por PAN, LIBERTAD y TIERRA
temblarán los poderosos
en costa, montaña y sierra (bis)
Yo quiero que a mi me entierren
como a Búfalo Barreto
que murió heroicamente
por la gran revolución...(bis)
¡Cuando los pueblos se alcen
temblarán los poderosos
en costa, montaña y síerra.(bis)
Yo quiero que a mi me entierren
como a mis antepasados
en el fondo oscuro y fresco
de una vasija de barro.(bis)

jueves, 24 de mayo de 2012

 Para Alan de Vanguardia Aprista



El nefasto Cardenal Cipriani
 
Un día, durante los años de las masacres y las desapariciones, apareció a un lado de la puerta del Arzobispado de Ayacucho una pizarra en la que se leía "No se aceptan reclamos sobre derechos humanos".
Alguien habrá pensado que era una broma, pero no: era una disposición del Arzobispo. Cuando, años después, la Iglesia Católica peruana puso a ese mismo hombre, Juan Luis Cirpriani, en el escalón individual más alto de su jerarquía, se hizo el daño mayor que se haya podido autoinfligir en su historia reciente.
No importa si uno es católico o no, cristiano o no, o, en general, si uno es religioso o no lo es: las iglesias existen debido a la necesidad humana de buscar referentes sólidos y tangibles para sus ideas morales. Ese aviso de Cipriani no era una declaración de los principios de la Iglesia (de hecho, era su flagrante transgresión), pero sí dejaba en claro cuál es la moral que, según Cipriani, la Iglesia debía defender y tratar de consolidar.
Cuando, en los años siguientes, Cipriani se convirtió en abogado oficioso de delincuentes encarcelados por crímenes contra la humanidad, cuando llamó "cojudez" a los organismos que reclaman por la defensa de los derechos humanos, cuando se ofreció de voluntario capellán para dar sermones salpicados de groserías en uno de los campos de torturas del régimen fujimorista, cuando declaró que la creación de un Museo de la Memoria no era una idea conciliable con el cristianismo, no estaba haciendo sino ser consecuente con el principio expresado en ese pizarrón huamanguino: en un país mayoritriamente católico, monseñor Cipriani es un feroz enemigo de sus feligreses, por lo menos, de los que más urgentemente podrían necesitarlo.
No tengo una estadística que respalde mi idea; es tan sólo una impresión, y la impresión de alguien que no es católico: es posible que Cipriani sea responsable de más deserciones y abandonos de la fe católica, o de la esfera de influencia de la Iglesia Católica, que cualquier otro individuo en la historia contemporánea del Perú.
Resulta casi inconcebible la idea de un joven empático y caritativo, preocupado por el bienestar material y espiritual de sus prójimos, que, viendo la ejecutoria pública de Cipriani, diga un día: "este es el camino". Es muy fácil imaginar a ese mismo joven o a esa misma chica pensando: "si esto es la Iglesia Católica, no quiero tener que ver nada con ella".
Ahora, Cipriani decide quitarle al padre Gastón Garatea el permiso eclesiástico para cumplir su misión de sacerdote católico. ¿Por qué? Porque el padre Garatea ha incurrido en la imperdonable falta de declarar que las uniones civiles homosexuales deberían ser reconocidas legalmente.
Obviamente la posición de Garatea no es la posición oficial de la Iglesia. Sospecho que considerar una cojudez a los derechos humanos y negar consejo y ayuda, o simplemente conmiseración y caridad, a las víctimas del terrorismo y de los crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas, y servir de aliado perenne a una dictadura homicida, todo eso tampoco es una posición oficial de la Iglesia.
Pero hoy, la Iglesia que premió a Cipriani por todo eso, otorgándole obispado, arzobispado, cardenalato, un sitio en la Congregación por las Causas de los Santos y otro en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que lo colocó a la cabeza de la cristiandad peruana y que lo consideró entre los posibles reemplazos del Papa anterior, esa misma Iglesia, hablando a través de los labios de ese mismo individuo abominable, piensa que las declaraciones del padre Gastón Garatea lo inhabilitan para ejercer las prerrogativas y los deberes del sacerdocio.
Mi impresión es que, gracias a estas cosas, el catolicismo en el Perú, como compromiso individual, como compromiso de fe personal, se va convertiendo en una religión que sólo es justo ejercer fuera de la esfera de influencia de las autoridades de la Iglesia, por lo menos hasta que la Iglesia se limpie de sus excrecencias en lugar de otorgarles cada vez más poder y hacerlas cada vez más centrales.
Cipriani, evidentemente, no está tomando esta medida para preservar la doctrina: está cobrándose venganza contra un sacerdote progresista, ex-miembro de la Comisión de la Verdad, contra un sacerdote intelectual que espera de sus feligreses racionalidad y, sobre todo, la convicción de que la búsqueda del bien es el principio irrenunciable de una profesión de fe cristiana. Cipriani está actuando una vez más como el leguleyo lamentable que es, el abogado de nuestros peores demonios, dispuesto a sofocar toda verdadera forma de bondad que aflore entre los suyos.



Ministro Calle con sujeción delictiva a Montesinos y Fujimori


Presumo que usted no sabía que el flamante ministro del interior Wilver Alfredo Calle Girón, antes recusado por el presidente Humala, cuando era General de Brigada en actividad del Ejército Peruano, con mando de tropa armada, firmó una horripilante Acta de Sujeción, entre otros generales, al hoy encarcelado Capitán EP (r) Vladimiro Montesinos, en presencia de éste, y al también encarcelado Alberto Fujimori.
Esto fue el 13 de marzo de 1999, cuando generales, coroneles, comandantes y demás layas, todos uniformados, hacían cola para firmar un Acta de Sujeción delictiva a Montesinos y a Fujimori, debidamente convocados por el primero. Nadie rechistó al estampar su firma; muchos lo hacían sonrientes, ágilmente y con notoria fruición.

¿A qué se obligaba por escrito este sumiso general Calle Girón ante la presencia de Montesinos, pese a ser subalterno suyo y en retiro, aunque factótum del corrupto fujimorismo? Usted no lo creerá: asumía el rol futuro de delinquir.Hoy ministro, ¿habrá olvidado este compromiso?

En una palabra, se comprometía a encubrir dolosamente los graves delitos del fujimorato; a no denunciar a los que habían delinquido; a torpedear la investigación si acaso ella se producía; a sostener que el golpe de Estado del 5-4-1992 fue un acto lícito consciente y unánime e institucional; a no delatar jamás al militar delincuente. Y que todo ello era un “compromiso de honor”, cuyo incumplimiento acarrea responsabilidad en el futuro –si retomaran el poder-. ¡Escarapelante, verdad!
Por ende, este obediente ministro honraría en el cargo actual su compromiso de “honor”asumido ante Montesinos. No brindará, por ejemplo, ninguna información de todos aquellos militares, policías y miembros de la llamada comunidad de inteligencia que hayan intervenido en las fechorías que se produjeron entre 1992 y el año 2000, aunque lo pidan fiscales y jueces.
La estampada firma de este ministro lo obliga a delinquir, consumando el grave delito de encubrimiento personal de ilícitos ajenos y escondiendo la prueba de los mismos.
Aquel 13-3-1999 se firmó esta famosa Acta de Sujeción que contiene los acuerdos –por eso los firmantes estaban conscientes de lo que hacían- adoptados en tal reunión oficial. Ellos son:

“1. La participación de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional del Perú y de los estamentos del Sistema de Inteligencia Nacional en la decisión adoptada por el gobierno del señor Presidente de la República, el 5 de abril de 1992, fue un acto consciente y serenamente meditado, por lo que el respaldo y apoyo brindado a tal decisión fue la expresión de la voluntad institucional unánime.

3. Las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú y los estamentos del Servicio de Inteligencia Nacional conjunta e institucionalmente
defenderán y protegerán a sus miembros en el caso de que se pretendiera responsabilizarlos individualmente por el apoyo institucional otorgado a la decisión del 5 de abril de 1992, lo cual se consideraría como una ofensa contra las instituciones tutelares
, que obligará a los respectivos comandos en el futuro a defender irrestrictamente al miembro comprometido de manera institucional.

4. Rechazo institucional a la actitud de algunos oficiales en situación de retiro que están emitiendo juicios y opiniones interesadas y que demuestran una
conducta infraterna
con sus camaradas y deslealtad con sus instituciones.

7. Precisar que la Nación ha dictado leyes de amnistía general que están en plena vigencia, en las cuales queda establecido muy claramente que
no le corresponde responsabilidad alguna, institucional o individual, al personal militar, policial y de la comunidad de inteligencia que participaron en la lucha contraterrorista
.

8. Asumir el compromiso institucional, sin límite en el tiempo, de defender, proteger y solidarizarse con los integrantes de las organizaciones, a las cuales se pretende responsabilizar, encausar o ejercer algún tipo de represalia contra ellos por su participación en la lucha contra el terrorismo.

Este acuerdo -el número 8-, al igual que el consignado en el punto 3, constituyen un
compromiso de honor y como tal es una obligación con carácter imperativo de cuyo fiel y cabal cumplimiento ningún mando podrá sustraerse bajo las responsabilidades a que se refiere la parte in fine del tercer acuerdo de la presente acta”.
Finalmente, este ministro Calle, ahora ollantista redimido, sostendrá en foros y plazas que a los miembros del Grupo Colina “no les corresponde responsabilidad alguna”. Y que los jueces que los condenaron, incluido a Fujimori, le estaban haciendo el juego al terrorismo.
¡Este es el ministro que tenemos, qué les parece su estructura moral! ¡A mí, me estremece de pies a cabeza, como un remezón terráqueo de grado 9, como el que azotó a Chile!
Escuche Ollanta: ¡a indignos NO se les hace ministros!


Los tres, al unísono implícito: el presidente Humala, su esposa y asesora de lujo en la sombra Nadine Heredia y el genuflexo ministro de marca mayor Wilver Calle Girón–“sí firmé, pero no tengo nada que ver con esa posible Acta de Sujeción”- conviven en un plano de igualdad repudiable respecto de la famosa Acta de Sujeción delictiva y montesinista suscrita el 13-3-1999.
El famoso trío conoció a la perfección esta sujeción escrita –redactada en el SIN de Montesinos- estuporizante de orondos generales y coroneles a la pareja criminal que constituían Montesinos y Fujimori en la década nefasta de los años 90, íncubo y súcubo de un escarapeleante terrorismo de Estado a cargo del Grupo Colina, cuyos miembros están condenados judicialmente y en la cárcel, tal como su autor mediato Alberto Fujimori.
Los 3 que motivan esta nota sintieron indignación, repudiaron el Acta, dijeron que humillaba a las instituciones castrenses; sin embargo, los 3 están de común acuerdo en que el humillado-humillante e indigno-indignante ministro Calle Girón sea ministro y prosiga sin rubor con el encargo ministerial. ¿Puede el ayer indigno ser hoy la antípoda de la indignidad y ocupar un ministerio cualquiera? Me parece que NO.
Hay pruebas de que se actúa con dolo. En un audio propalado por Ideeleradio se escucha decir al candidato Ollanta: “fue una vejación y unahumillación a las instituciones castrenses la firma de ese documento. Yo mismo denuncié a los altos mandos que firmaron el Acta de Sujeción por indignos”.
Por su parte Nadine Heredia, el 6-3-2006 espetó y la podemos escuchar: “Ollanta hará una limpieza total en las Fuerzas Armadas para retirar a los mandos militares que firmaron el Acta de Sujeción durante el régimen fujimorista”.
El increíble pero cierto ministro Calle, con gruesas dosis de cinismo acaba de señalar con frase lapidaria para él: “no tengo nada que ver con esa posible Acta de Sujeción”, pese a que todos lo hemos visto firmándola, ágilmente, sin titubear. ¿Es que alguien en su sano juicio moral puede afirmar que no tiene nada que ver con la enajenación de su casa, cuya posible minuta de compra-venta hemos observado que la suscribe? ¡Eso ha hecho y dicho Calle entrevistado en la mera calle!.
Francamente, lo narrado amerita estar en el terreno de una vacancia presidencial por “permanente incapacidad moral”, que la declare el Congreso de la República, tal como lo prevé el Artículo 113°, inciso 2 de la Constitución Política, pues a los indignos no se les hace ministros, ni hay limpieza en las Fuerzas Armadas con quienes la vejaron y la humillaron con su firma, salvo que la coprolagnia o riparofilia logre poblar el Palacio de Gobierno peruano.
¡Nadine es la única que se escapa de esta vacancia por no tener función pública formal, pues el ministro Calle debe ser destituido ipso facto, puesto en la merecida calle!


Omar Quesada pide investigar a García, a su exministro Chang y sus familias


Las presuntas irregularidades cometidas en la remodelación de los colegios emblemáticos parecen ser tan contundentes, que ya algunos alanistas marcan distancia y empiezan a exigir un deslinde claro con la corrupción.
Así lo exigió, el cuestionado Cofopri Omar Quesada, tras ser consultado por el informe preliminar que presentó la megacomisión sobre los colegios, que halló como responsable al exministro de Educación José Chang Escobedo y a otros seis funcionarios en los presuntos delitos de malversación de fondos, colusión, omisión de funciones y abuso de autoridad.
De manera directa, Quesada señaló que las indagaciones que se realizan para fiscalizar la labor de los exfuncionarios alanistas deberían incluir a sus familiares más cercanos, precisando que este mecanismo debe ser aplicado para todos: “de Rey a paje”. Es decir, desde el expresidente Alan García hasta los funcionarios de menor nivel.
“En el caso del ministro Chang hemos sido claros con éste y con otros casos también. Necesitamos que haya un deslinde absoluto con la corrupción y que se investigue. No solo deben abrirle las cuentas a los que fueron funcionarios sino también a sus parientes cercanos, porque muchos de ellos se prestan a ser testaferros. Evidentemente, en el Estado, que es el mayor comprador y empleador, hay niveles de corrupción, pero es importante que la ciudadanía vuelva a creer en las instituciones”,aseveró en Ideeleradio tras señalar que los funcionarios no solo debe ser honestos “sino también parecerlos”.
Asimismo, Omar Quesada remarcó que si la megacomisión que investiga la pasada gestión de Alan García tiene serias evidencias sobre irregularidades en la remodelación de los colegios emblemáticos, éstas deberían ser derivarlas al Ministerio Público y al Poder Judicial para que los supuestos delitos se puedan sancionar efectivamente. “Si alguien se desvía, debe ser castigado”, señaló recordando la frase del fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre.