El israelita Julio Guzmán, agente al servicio de intereses extranjeros y tonto útil del sionismo, reconoció en entrevista con rabino en EE.UU. que buscó “apoyo" y “conexiones" en Washington para su campaña electoral. El "apoyo" requerido por el sionista Guzmán fue financiamiento de fuentes estadounidenses y judías y que los mismos sectores lo apadrinen para los próximos comicios.
Ricardo Belmont denunció a Julio Guzmán como instrumento político del primo del Hermanón, un individuo que responde al nombre de Fernando Belmont, dueño de Yanbal International / Unique. Guzmán ha recibido varios millones de dólares de Belmont y de otros intereses asentados en Estados Unidos.
El club electoral Todos por el Perú que auspicia a Guzmán es propiedad de Gonzalo Aguirre, esposo de Janine Belmont, hija de Fernando Belmont y Presidenta del Directorio de Yanbal International / Unique. Este club electoral utiliza en su favor a las mujeres dedicadas a la venta de los productosYanbal en el Perú.
Fernando Belmont, dueño de Yanbal International / Unique, uno de los oscuros personajes detrás de la candidatura del sionista Julio Guzmán, según testimonio de Ricardo Belmont.
Janine Belmont, hija de Fernando Belmont, dueño de Yanbal International / Unique, otro de los oscuros personajes detrás de la candidatura del sionista Julio Guzmán, según testimonio de Ricardo Belmont. La doña es esposa de Gonzalo Aguirre, quien es dueño del club electoral Todos por el Perú.Dicha agrupación recogió firmas para ser inscrita en el registro de partidos políticos usando a las denominadas yanbalistas, vendedoras de perfumes en la modalidad puerta por puerta.
El club electoral Todos por el Perú que auspicia a Guzmán es propiedad de Gonzalo Aguirre, esposo de Janine Belmont, hija de Fernando Belmont y Presidenta del Directorio de Yanbal International / Unique. Este club electoral utiliza en su favor a las mujeres dedicadas a la venta de los productosYanbal en el Perú.
Fernando Belmont, dueño de Yanbal International / Unique, uno de los oscuros personajes detrás de la candidatura del sionista Julio Guzmán, según testimonio de Ricardo Belmont.
Janine Belmont, hija de Fernando Belmont, dueño de Yanbal International / Unique, otro de los oscuros personajes detrás de la candidatura del sionista Julio Guzmán, según testimonio de Ricardo Belmont. La doña es esposa de Gonzalo Aguirre, quien es dueño del club electoral Todos por el Perú.Dicha agrupación recogió firmas para ser inscrita en el registro de partidos políticos usando a las denominadas yanbalistas, vendedoras de perfumes en la modalidad puerta por puerta.
El pasado vergonzante del sionista Julio Guzmán
Prehistoria de Guzmán
Prehistoria de Guzmán
Escribe: Eloy Marchán
Hildebrandt en sus Trece, Lima, viernes 12 de febrero de 2016
Hildebrandt en sus Trece, Lima, viernes 12 de febrero de 2016
El segundo de las encuestas trabajó con el publicista Óscar Dufour, fue competente subordinado de Álvarez Rodrich cuando este era director del OSIPTEL fujimorista y fue comentarista de Cable Canal de Noticias cuando era propiedad de Eduardo Chapulín Calmell del Solar y Manuel Ulloa van Peborgh, dos asiduos visitantes del SIN de Vladimiro
El candidato presidencial Julio Guzmán Cáceres pretende ser un hombre sin pasado. Al menos eso es lo que el líder deTodos por el Perú insinúa en la hoja de vida que presentó ante el Jurado Nacional de Elecciones. Según este documento, Guzmán tuvo su primera experiencia laboral en el año 2009, es decir, a los 39 años, cuando entró a trabajar como consultor del Banco Interamericano de Desarrollo. De ahí hacia atrás todo es un misterio. Hildebrandt en sus Trece ha rastreado el legajo laboral de Guzmán antes de migrar a Estados Unidos en 1999. Su pasado profesional es una caja de sorpresas. Resulta que el aspirante a inquilino de Palacio omitió mencionar sus servicios profesionales al publicista montesinista Óscar Dufour o su paso por Cable Canal de Noticias, el canal que Vladimiro Montesinos compró con dinero del ejército para servir a Alberto Fujimori.
Fue en julio de 1994 cuando Guzmán, entonces con 24 años y a punto de concluir sus estudios de economía en la Pontificia Universidad Católica, decidió lanzarse al mercado laboral. Su primera oportunidad se la dio la consultora Apoyo, donde lo nombraron asistente de Augusto Álvarez Rodrich. En aquel momento Álvarez Rodrich era un funcionario del gobierno. Además de trabajar en Apoyo dirigiendo la revista Semana Económica, Álvarez Rodrich era el director del Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), un puesto de confianza de la administración fujimorista. En la hemeroteca todavía se pueden encontrar las portadas en las que Semana Económica simpatizaba abiertamente con el régimen dictatorial o, en todo caso, le podía sordina a cualquier posible discrepancia.
A Guzmán no le costó mucho tiempo ganarse la confianza de su jefe, al punto de que para setiembre de 1994, dos meses después de haber ingresado a las filas de la consultora, fue ascendido al equipo de analistas junior de Semana Económica. Como las notas de la revista no están firmadas, no se sabe cuáles salieron de la pluma de Guzmán. En Apoyo, el candidato de Todos por el Perú estuvo hasta abril de 1995.
En aquellos casi nueve meses, coincidió con dos hombres que hoy son vitales en su carrera a la presidencia: Alfredo Torres, en aquel momento gerente general de Apoyo, y Hernán Chaparro, gerente de proyectos, quienes actualmente dirigen las encuestadoras Ipsos y GFK, respectivamente. No es coincidencia que Torres fuera uno de los primeros entusiastas con esta candidatura. El 1 de marzo de 2015, en su columna de El Comercio, el director de Apoyo describió precozmente a Guzmán como el “outsider tecnocrático” que inspiraría confianza en el electorado. La encuestadora GFK, dirigida por Chaparro, fue la primera que puso a Guzmán en el segundo lugar en la intención de voto.
Con Álvarez Rodrich, Guzmán nunca cortó vínculos. Según contaron fuentes de Apoyo a Hildebrandt en sus Trece, además de la vieja amistad que los une, el candidato es también amigo personal de Cecilia Balcázar, pareja del famoso periodista. Si en los 90 ser pupilo de Álvarez Rodrich podía abrir muchas puertas, actualmente esta amistad puede abrir más de un medio de comunicación. Álvarez Rodrich es el director periodístico de Frecuencia Latina, ahora asociada aPanamericana Televisión. Además es editorialista del diario La República y presidente del Instituto de Prensa y Sociedad. En los últimos meses Guzmán es caserito del canal de la avenida San Felipe en el horario estelar. La última “exclusiva” fue el pasado domingo con un zalamero Nicolás Lúcar que se cuidó de hacer alguna pregunta incómoda.
La revista Business, Dufour y Carbajal
En mayo de 1995 Guzmán salió de Apoyo y entró a trabajar como analista económico de la firma Mercados Consultora y Publicaciones S.A. La empresa había sido fundada un año antes por Jaime Carbajal Pérez y Julio Rodríguez Morano y, además de dar servicios de consultoría empresarial, editaba la revista Business” En mayo pasado, Caretas publicó una foto de Guzmán y todo el equipo de Mercados Consultora y Publicaciones S.A. En la nota se cuenta que el hombre fuerte de la empresa era Óscar Dufour, uno de los publicistas preferidos de Vladimiro Montesinos y a quien Caretas le atribuyó haber manejado los diarios chicha junto a Augusto Bresani. La imagen data de junio de 1995, cuando Mercados Consultora y Publicaciones S.A. anunciaba el lanzamiento de un nuevo medio de comunicación: el semanario Sólo Negocios.
La línea editorial de ambas publicaciones era profujimorista. En la hemeroteca de la Biblioteca Nacional todavía se pueden encontrar ediciones de Business y Sólo Negocios en las que se ensalza la apuesta económica ultraliberal de aquel gobierno.
“En Business siempre se tuvo una opinión positiva de Alberto Fujimori. Por eso, nunca se encontrará alguna nota crítica”, contó un periodista que por esos años estuvo en la revista que dirigían al alimón Carbajal y Dufour.
En Business y Sólo Negocios, Guzmán tuvo como centro de labores un local ubicado en la cuadra trece de la avenida Berlín, en Miraflores. En dicho inmueble también funcionaba la agencia publicitaria Interandina, de propiedad de Dufour, y también favorita de Montesinos. “Carbajal y Rodríguez eran los directores de la publicación, pero en realidad eran una suerte de secretarios de Óscar Dufour, quien aprobaba qué salía publicado y qué no. Los editores eran David Suárez Alfaro y Luis Andrade Ciudad, pero su papel era sólo de correctores de los textos. Guzmán era un redactor más”, cuenta la fuente.
A finales de 1995 y luego de trabajar siete meses como periodista económico para el publicista de Montesinos, Guzmán renunció a Mercados Consultora y Publicaciones S.A.” para entrar al diario Gestión. A la caída del régimen los jefes de Guzmán tuvieron suertes distintas: Dufour terminó preso y Carbajal se convirtió en socio estratégico de Alan García.
Gestión y Cable Canal de Noticias
En Gestión, Guzmán se puso al servicio de Manuel Romero Caro, entonces director de la publicación. También aquí escaló rápido y fue nombrado analista económico principal a cargo de dirigir el equipo que hacía los informes especiales. Por esa época, los redactores de Gestión no firmaban sus notas, así que es imposible adjudicar un texto a Guzmán. Algunos títulos de artículos de aquella época que llevan el rótulo “informes especiales” son de lo más significativos: Grupo Romero interesado en participar en la privatización del puerto de Ilo, decía uno. En otro se lee: Privatización del Puerto de Ilo en espera de leyes para desarrollar zona sur. La línea era siempre apoyar las medidas que salían de Palacio. Así, el 19 y 20 de agosto de 1996, en sendos informes especiales, el equipo periodístico titulaba: “Camet descarta que el 60% de las empresas esté en quiebra” y “Fujimori podría postular a la reelección en el 2000”. Por aquel entonces Guzmán tenía ya 26 años.
A finales de ese mismo año, el líder de Todos por el Perú cambió de aires e incursionó en el rubro de consultorías. Trabajó cinco meses para Prisma, una de las más importantes consultoras de ese entonces. Luego probó en “MGS y Asociados”, una empresa de asesoría bursátil en la que se desempeñó como jefe de investigación. Este puesto lo combinó con otro interesante y no menos sorprendente empleo: el de comentarista económico de Cable Canal de Noticias (CCN), la televisora favorita de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos que poco tiempo más tarde compraron con el presupuesto del Estado.
Guzmán llega CCN de la mano de Jaime de Althaus, quien, además de ser subdirector del diario Expreso, tenía un programa en la televisora. Tanto Expreso como CCN eran propiedad de Eduardo Calmell del Solar y Manuel Ulloa van Peborgh, recurrentes visitantes al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de Vladimiro Montesinos. Guzmán aparecía en el programa de Jaime de Althaus cada dos semanas, siempre brindando información sobre la Bolsa de Valores. En otras oportunidades, comentaba noticias económicas en los programas que por ese entonces tenían en CCN Rosa María Palacios o Jorge Morelli. Palacios renunció en 1999 para irse a RPP. Morelli se quedó en CCN.
En 1999 Guzmán entró a trabajar en el que sería su último centro de labores antes de partir a Estados Unidos: gerente de Planeamiento e Investigación del Banco Banex, cargo que necesariamente tenía que ser ratificado por los accionistas. Como se sabe, Banex tenía como principales accionistas a las familias Tizón y Ormeño y a Ernesto Schütz Landázuri, otro visitante recurrente a la salita del SIN. En noviembre de 1999 Banex fue declarado en quiebra. Guzmán armó maletas y partió a Washington, de donde volvió con la firme convicción de llegar a Palacio. Lo primero que hizo al pisar suelo peruano fue echar mano a su surtida agenda de contactos.
En 1999 Guzmán entró a trabajar en el que sería su último centro de labores antes de partir a Estados Unidos: gerente de Planeamiento e Investigación del Banco Banex, cargo que necesariamente tenía que ser ratificado por los accionistas. Como se sabe, Banex tenía como principales accionistas a las familias Tizón y Ormeño y a Ernesto Schütz Landázuri, otro visitante recurrente a la salita del SIN. En noviembre de 1999 Banex fue declarado en quiebra. Guzmán armó maletas y partió a Washington, de donde volvió con la firme convicción de llegar a Palacio. Lo primero que hizo al pisar suelo peruano fue echar mano a su surtida agenda de contactos.
El sionista Guzmán reconoció que el apoyo financiero de su ambición política proviene de sus “amigos” en Washington, D.C. entre los que destacan importantes sionistas. Lamentó que encuentre más “puertas abiertas” y más “amigos” en Washington que en el Perú.
El tonto útil sionista explicó que su familia es estadounidense (!), pero que también su familia es judía (!) porque la actual esposa es judía y estadounidense. En ningún momento dijo que su familia fuera peruana, porque, obviamente, no lo es. Considera que su familia está conformada por la actual mujer y la hija procreada con ella. Debe recordarse que Guzmán rescindió su anterior matrimonio con una dama peruana, con la que tuvo dos hijas, para poder unirse con la actual mujer.
Pensar que este ingenuo se dice “peruano” y aspira a ser presidente del Perú...
El sionista Julio Guzmán, agente de los intereses israelitas en el Perú, reconoció que cuando regresó al Perú lo hizo con “valores diferentes” debido a lo que había “visto” en Estados Unidos y a la influencia de su esposa judía.
El israelita Guzmán explicó que la gente alrededor de él y, en especial, sus más cercanos colaboradores, pertenecen a lo que llamó “la comunidad judía”. Dijo que para su campaña política tiene tres entrenadores judíos y un mentor, también judío, y que eso no es mera coincidencia o circunstancial, sino que refleja sus convicciones políticas.
El sionista Guzmán defendió que el Perú subordine su política exterior y su política económica a los intereses de potencias extranjeras como Israel y Estados Unidos.
Feliz, el israelita Julio Guzmán narra sus prácticas judías semanales del Shabbat con el rostro iluminado por una sonrisa. Ante los electores, este cínico politicastro se declara “católico”.
Que quede claro que no se critica que practique una determinada religión sino que se presente ante los votantes como seguidor de una religión distinta, en acto embustero de frío cinismo.