Manuel del Castillo y Maricel Ballester: Un Paseo por las Nubes
PURA SUERTE Hombre de cábalas numéricas, Manuel ha programado la fecha de la boda para el 6 de abril del 2013, un día antes del cumpleaños de Maricel. |
Para sus últimas vacaciones la ruta trazada fue Madrid, Moscú, Pekín, Hong Kong y Shangái. Unas amigas de Maricel, sobre todo las que se encuentran en base tres y aún no llegan al altar, le decían: “Te apuesto que en este viaje te pide”. Lo mismo le aseguraban cuando recorrieron Europa el año pasado, pero ella regresó sin sortija en la mano. Así que esta vez tampoco se lo esperaba, sobre todo porque Manuel no le había dicho a nadie que en su equipaje llevaba un anillo diseñado por él mismo.
Desde que llegaron a Madrid él empezó a buscar una reserva en el exclusivo restaurante Jean George. “Pensaba declararme en un rascacielos, pero elegí la locación por la vista”, confiesa el abogado. Allí, unos ventanales gigantes se ubican frente al Huangpu, río que corta la ciudad por la mitad. Desde ellos puede verse The Bund, malecón que inicia Pudong, el centro financiero de la metrópolis. Al otro lado se erigen casonas de principios del siglo pasado, construidas con un estilo heredado de la colonia inglesa. Fue en este escenario de película que Manuel decidió sorprenderla.
–¿Cuándo estuviste más cerca de ser descubierto?
–Manuel del Castillo: Antes de viajar a Pekín hicimos escala en Moscú y salimos del aeropuerto para ver la Plaza Roja. De regreso fuimos a tomar el tren y vimos que se iba, así que corrimos para entrar al vagón. Maricel logró entrar, pero justo las puertas se cerraron en mis hombros ¡y yo cargaba el anillo en mi mochila! En un segundo hice una pirueta para entrar y no perder el equipaje.
-–Maricel Ballester: Me pareció raro verlo sudando frío y con cara de traumado. Yo llevaba los pasaportes y la plata en mi cartera. No entendía por qué se hacía tanto problema por una mochila vieja.
–Ustedes se van a casar el 6 de abril del 2013, recién en año y medio. ¿Por qué prolongan tanto la boda?
–M.D.C.: Dicen que el noviazgo es la etapa más bonita de una relación. Hemos decidido extenderla para disfrutarla más.
–M.B.: Algunas personas me dicen que aún no sé cómo será la convivencia, en la cual empieza a molestar si el cepillo de dientes no está en su sitio o si la tapa del wáter está arriba. Pero no son más que detalles…
–¿Esas cosas importan?
–M.D.C.: A mí sí, soy medio maniático. Pero son tonterías y, como no hay otro motivo para pelearnos, al menos hay que hacerlo por la pasta de dientes (risas).
LA MÚSICA DEL AZAR
Apenas concluyeron sus respectivas maestrías, Manuel en España y Maricel en Estados Unidos, se conocieron el 2008 en una discoteca limeña. Ella llevaba en la cabeza una coronita y él la abordó preguntándole si venía de una despedida de soltera, ante lo cual respondió que sí porque le daba vergüenza admitir que el accesorio solo provenía del cumpleaños de una amiga.Pasó un año y, si bien salían con otras parejas, no dejaban de saludarse cordialmente cada vez que se encontraban. Hasta que una noche coincidieron en el festival Creamfields. A él le encanta la música electrónica y a ella no, pero su hermana la obligó a acompañarla. Por fin solteros, quedaron para salir al día siguiente. Tres semanas después –dicen– se dieron el primer beso.
–¿Cómo han tomado la noticia sus familias?
–M.D.C.: En mi casa están súper contentos. La quieren un montón y me ven feliz. Los papás de ella igual… ¡se han sacado la lotería con este yerno!
M.B.: ¡Qué sobrado! Pero es verdad. Mi papá dice que ya tiene nuevo asesor legal.
–Bueno, tú postulaste en las últimas elecciones al Parlamento Andino por el APRA.
–M.B.: Cuando empezamos a salir, algunas amigas me decían: “¿Pero cómo vas a estar con él? ¡Si es aprista!”.
–M.D.C.: Obtuve 50 mil votos a nivel nacional y estoy seguro de que si postulaba al Congreso la hacía.
–¿Volverás a intentarlo?
–M.B.: Esa pregunta la contesto yo. Lo vamos a pensar bien…
–M.D.C.: Creo que hay que seguir un orden. Nuestra próxima meta es formar una familia, antes de incursionar en la política. Vamos a esperar el momento y evaluar el escenario de las próximas elecciones. Pero de la política uno no se aparta nunca.
–Y ha estado siempre en tu casa gracias a Jorge del Castillo, tu padre.
–M.D.C.: Es que siempre ha sido el día a día. Lo que se conversaba en casa tomando el cafecito era lo que salía en los periódicos al día siguiente.
–¿No sientes que aún son muy jóvenes para la política?
–M.B.: Lo primero es establecernos como profesionales y como familia. Porque los medios orientan los escándalos como quieren, así que debemos estar bien formados para responder a cualquier cosa que puedan decir.
En ese sentido, es inevitable recordar el escándalo de los ‘Petroaudios’. Ahora Manuel se propone alcanzar una curul con nombre propio y tal vez su novia quiera ayudarlo con un cambio de look. “Ella formó parte de mi campaña”, recuerda. “Tenía mucha química con la gente y de cariño le decían ‘La Compañerita’. ¡Parecía la candidata!”.
–¿No te gustaría dedicarte exclusivamente a tu tienda de ropa, ‘R.S.V.P.’?
–M.B.: La boutique fue un giro total para mí, pues estudié Economía y Asuntos Internacionales en Washington. Con la tienda me siento mucho más libre.
–Manuel, ¿volverías a modelar si te lo pidiera Maricel?
–M.D.C.: Difícil que me queden sus vestidos…
–Pero quizá saque una línea masculina.
–M.B.: Creo que sí, le ahorraría el presupuesto.
–Hagan apuestas. ¿El primer bebé será hombre o mujer?
–M.B.: Mujer, definitivamente. Hemos decidido ponerle María Ángela, pues siempre he querido nombre compuesto y la mamá de Manuel, quien falleció, se llamaba Ángela María.
–M.D.C.: Además, quiero que mis hijos tengan A y M en sus iniciales para honrar a mi mamá. No hay cosa que más quiera yo que tener mis hijitos, así que la expectativa es muy grande. Hombre o mujer, igual va a ser querido, pero Maricel quiere su compañerita. (Entrevista: Gabriel Meseth / Fotos: Javier Zapata)
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