jueves, 19 de abril de 2012

Cinismo sin pudor


La carta de Alan García a los apristas, debería entenderse como provocación al encuentro de ideas para coincidir o disentir sobre la crisis estructural, moral e ideológica del Partido Aprista. Pero, cuando en ella se avizora la intencionalidad de Enredo, trama o tramoya para aparentar o engañar, es de urgente resolución, desmitificar a la persona.
García, confiesa que hace cincuenta años exactamente el Partido Aprista le abrió sus puertas. Pero, evade que su balance es el desprestigio de vergüenza ajena para los apristas.
En 1979 cuando el APRA de Haya de la Torre llegó al poder en una elección nacional como Presidente de la Asamblea Constituyente, a los apristas se respetaba y admiraba por la calidad moral de nuestro guía político. Pero, después de los dos gobiernos de Alan García, a los apristas se nos grita: corruptos.
Esa, es la percepción de los tiempos y liderazgos que han dirigido al Partido.
García, se queja que nuestro Partido fue escarnecido y maltratado por un gobierno dictatorial. Pero, no dice que siendo presidente cogobernó con la corrupción fujimorista al amparo de un estatuto económico, de espaldas a la Constitución aprista de 1979.
García, es irreverente consigo mismo, cuando se pregunta: ¿Qué hemos dejado de hacer para que, luego de un buen gobierno, nuestro Partido no se haya fortalecido más? Pero, no asume su responsabilidad de abandono al Partido para dejar encargado sus funciones a la mediocridad facciosa de alanistas (cuarentones) y castillistas. Por eso, el Perú percibe que en el Partido hay muchos conflictos internos.
García, desvía culpas cuando acusa a sus ex funcionarios menores del porque el Perú cree que algunos usaron los cargos del gobierno para su beneficio o proyecto que exige moralidad y eficiencia. Pero, nada dice de dar un paso al costado para no usar al Partido en las acusaciones de corrupción emblemática de sus decretos de urgencia.
García, exagera en cinismo cuando plantea que “somos siempre los mismos, que estamos cerrados a los demás. Pero, no dice que él lleva 30 años dirigiendo al Partido y que él en la campaña del 2006 encargó a Del Castillo, organizar el Frente Social para promover a los amigos y no a líderes sociales del Frente Único.
García, sin embargo, hoy promueve como novedad y revolucionaria propuesta, dejar ingresar gente nueva al Partido. Pero, no dice que esa idea es electorera que viene del 2006 llamada Frente Social que pretendió anular el carnet aprista para excluirlos de los espacios de gobierno.
García, reclama que un partido que no convoca e integra o que se cierra en cada lugar alrededor de diez o veinte personas a veces en conflicto, no tiene futuro en el nuevo Perú. Y llama a los dirigentes regionales “caciquillos”. Pero, no dice que en verdad su molestia es porque en las provincias la concurrencia a la presentación de su libro, sus operadores no lograron llenar el auditorio.
García, amenaza que será el primero en dejar el sitio a nuevos cuadros y entregar todo cargo al Partido renovado y ampliado. Pero, no dice que sus verdaderas intenciones es tener gente joven a quienes manipular para sus ambiciones del 2016.
García, se excede en sus pretensiones de ufanarse como el pensador y organizador del nuevo Partido Aprista. Pero no dice que tales atributos corresponden a Víctor Raúl Haya de la Torre el pensador y a Ramiro Prialé Prialé, el organizador.
Haya de la Torre cobró un sol por sus servicios a la Nación cuando ejerció el poder constituyente y Ramiro Prialé, se demoró más de 30 años para terminar de pagar la única casa que habitó toda su vida, en el distrito de Jesús María.
Por eso, desmitificar el ego colosal para evidenciar la farsa, es aprista.
La crisis del APRA no pasa por un asunto de cambiar a los que estorban. Es crisis de decrecimiento de los valores revolucionarios y progresistas y de moral, producto del antiaprista perro del hortelano. Y lo estructural, confrontar la relación de cómplice armonía de Alan García y Jorge del castillo.
Esa, es la gran cuestión !!!
Fraternalmente,

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