viernes, 21 de septiembre de 2012

ALAN GARCIA CONFIRMA QUE YA NO CREE EN LA INTEGRACION LATINOAMERICANA Y DICE QUE NEOLIBERALISMO SOLUCIONO TODOS LOS PROBLEMAS




En Una reciente reunión con los empresarios en el Hotel Westin, apologéticamente reseñada por Caretas (edición 2250), Alan García se despacha a su gusto sorprendiendo a incautos y diciendo lo que el auditórium quiere escuchar. Veamos:



1- García plantea una nueva teoría, la “del círculo virtuoso” de la inversión privada. No importa si llega al poder un presidente de izquierdas, (digamos que estatista), igual va a tener que archivar sus promesas, porque la inversión no se detiene. El Perú es una “provincia” de la inversión global.



Pero, ¿No será que justamente, porque las inversiones llegarán de todas formas, es necesario aprovechar el ciclo de expansión para realizar las reformas que permitan modernizar y democratizar al Estado no solo para garantizar la igualdad de oportunidades sino la igualdad de resultados? ¿No es el momento de repartir y dar un salto de calidad en los servicios públicos? ¿Si no se hace ahora, entonces cuando?. Los procesos económicos y sociales se aceleran en todas partes, ya no es como hace sesenta años que se debía “crear riqueza para el que no la tiene, y no quitársela al que la tiene”.



Ahora se crece y se debe redistribuir. Eso ha hecho Brasil, Argentina y los gobiernos de izquierda y centroizquierda. Para García todo debe resolverlo el mercado, pero no el abstracto mercado de la libre competencia y el equilibrio perfecto, sino el mercado de los oligopolios y monopolios, los mayores enemigos de la Nación.



García solo se dedicó a fortalecer el rol que el Perú cumple para el capital internacional: recursos minerales, pesqueros y agrícolas de fácil acceso con los TLC y la mano barata del cholo trabajador. García aspira a ser no el guardián de la “inversión” sino el guardián de la explotación de los trabajadores y la expoliación de los recursos del Perú. Es un firme creyente en la reprimarización de la economía y refeudalización corporativa del campo. Cuando hace la apología de las “inversiones” omite que se está ofreciendo como operador de las lógicas del capital.



Pero lo dice de tal forma, que parece que todos se benefician – y en grande- del neoliberalismo (al cual elogia), y se vanagloria de poner su mayor talento, la oratoria florida, criolla y huachafienta al servicio del “modelo”, pero con “mano firme”. Y no duda en compararse con el “verbo” bíblico, una suerte de Jesucristo gordo renacido y reinventado, defensor de los ricos, de los abusivos y de los corruptos.



2- Lo anterior, le permite estrenar otra teoría: “El discurso es el espíritu del sistema político”. No es la democracia ni el pueblo ni las instituciones o la constitución, sino el “discurso”, o sea la oratoria, es decir Alan García y su “verbo”. ¿Puede admitirse tanta bellaquería egocéntrica?. García no es “moderno”, es un oligarca del siglo XIX oportunista que busca siempre medrar en el mar de la ignorancia que se ha convertido el Perú del “alto crecimiento”.



Busca fortalecer lo tradicional, lo elitista, los valores del enriquecimiento basados en el abuso laboral, la destrucción medio ambiental y el capitalismo de compadres y francachelas. Para García la democracia es secundaria, el pueblo no necesita de partidos, de políticos o instituciones, para eso está el mismo y su “verbo”. En los años noventa se gobernó de esta forma al Perú y García no oculta su admiración a dicha “gobernabilidad”, pero lo dice de tal manera que nadie sospeche.



3- Y vuelve a lanzar otra teoría (serán la inspiración para nuevos “libros”): El voluntarismo ha muerto. Entonces, Viva la racionalidad de los mercados!.



García llama “voluntarismo” a su populismo, a su irresponsabilidad de los años ochenta, (nunca aplicó el Aprismo), a su demagogia con balconazos (decretando la disminución de los precios) o como el mismo lo dice “Querer controlar el mundo desde Lima” ¿?... ¿Pero qué tiene que ver eso con el voluntarismo social?



En la última década América Latina ha sido testigo de cómo a base de voluntad, organización, racionalidad estratégica, movilización social, la protesta popular se transformó en acción colectiva y en proyecto político. Allí están Chávez, Evo, Correa, Lula, los Kirchner, Mujica, Funes, Lugo, para demostrarlo.



La tragedia de Alan García es que siempre ha llegado tarde y a trompicones. Quiso hacer populismo cuando ya nadie en América Latina seguía ese rumbo, y se volvió neoliberal cuando la mayoría de los grandes países decretaban el fin del “consenso de Washington”.

Busca justificarse, despotricando contra el Brasil de Dilma Roussef, y el Mercosur. La caída del crecimiento brasileño está muy relacionada a la crisis europea, uno de sus principales mercados. Pero la crítica a Dilma es por otra cosa, son los celos por el reconocimiento a Nadine Heredia, realizado públicamente por la Presidenta Brasileña, algo que García no soporta (Lula además siempre lo vio con desprecio).



Pero hay algo más, Dilma está apoyando el maxi proceso contra la corrupción que involucra incluso a ex altos cargos del PT. García no soporta que un país se limpie de la corrupción política, pues en el Perú es la base de sus apoyos. ¿No será que esas empresas brasileñas a las cuales es tan adicto están involucradas con la corrupción de los políticos del “mensajao”?



Y nuevamente elogia a China cuyo capitalismo autoritario se ha vuelto irresistible para García. Mercados y autoritarismo esa es la fórmula de este caudillo “modernizador”, y por supuesto no dice que los BRICS comparten las mismas estrategias económicas basadas en el mercado y el estado, pero en Brasil hay democracia. García en su verborrea incontenible toma del modelo chino, lo que le conviene.



Ahora, García, en su teoría sobre el “círculo virtuoso”, le asigna a las “inversiones” (el capital) características muy parecidas al voluntarismo que tanto critica. Nada puede detener a los “capitales”, ni estados ni gobiernos, el capital es como un Tsunami.

Pero los capitales se comportan de esta forma porque su racionalidad se sustenta en el lucro. Van no solo en búsqueda de lo que “necesitan” al decir de García, van sobre todo allí donde pueden multiplicar sus ganancias sin importar nada, ni siquiera la manida “responsabilidad social”. Y mejor aún si es un país con un Estado débil, sin instituciones ni regulaciones mínimas. El progreso brota de forma espontanea con las inversiones, es el nuevo catecismo de García, pero a los inversionistas no les interesa si el progreso es sustentable o le llega a todos. Las Juntas de accionistas no discuten eso, lo que discuten son sus ganancias.



Alan García tiene una fe infinita en las “inversiones” (el capital y sus ganancias), una fe de republicano tele evangelista norteamericano. Cuando habla de “inversiones” parece que levitara, “Apertura total con los TLC” proclama… ¿Eso no es voluntarismo divino? ¿No es voluntarismo capitalista religioso al estilo Tea Party?

Vamos, pero todos sabemos que es pura impostura de este orondo Jimmy Swaggart pecador de hotel al paso!



4- En la reunión de marras con los empresarios García mandó al diablo al Pacto Andino y definió como un fracaso al Mercosur. Se pronunció contra las políticas sociales del Brasil (menos impuestos a las empresas). Usa las cifras fuera de contexto y con toda la sinvergüencería del caso, no hace referencia a las universidades que han rectificado sus ”logros” contra la pobreza o el analfabetismo, omite que en el Perú de las provincias hay inflación no registrada en las encuestas, algo que fue denunciado por Toledo en su momento. Ridiculizó racistamente a los Bolivianos, volvió a sus despropósitos con España, desahució al Estado de Bienestar, las pensiones, las becas a hijos de familias pobres. Todo un Thatcher desubicado y pintoresco.



Intenta enmendarle la plana a la oposición española liderada por el PSOE, IU y los sindicatos, ahora los nuevos amigos ideológicos de García en la península son Aznar y Rajoy. Está de acuerdo con los recortes y niega que los banqueros y la inversión inmobiliaria tengan responsabilidad en la crisis. A estas alturas suponemos que García considera a los jóvenes desempleados españoles “parásitos”, a los jóvenes que se movilizan con el movimiento de los “indignados” los debe llamar en privados “vagos”, como hacía Thatcher. Y ya encarrerado soltó su última teoría “El neoliberalismo, es el que ha solucionado la vida de la gente pobre en América Latina”. Y Ya, así nomás, quedaron fuera del ring Stiglitz, Krugman, Sachs y una docena de premios nobel en economía que han criticado la irracionalidad del neoliberalismo sin control, sobre todo con los más pobres.



¿Para qué seguir?...Alan García es el enemigo y quintacolumna encargado por la derecha para destruir el legado de Haya de la Torre y liquidar el progresismo del APRA.



Una última cita de García según Caretas: “al Perú hay que conducirlo con mano firme, con severidad porque cuando usted suelta las riendas, cualquier cosa puede pasar. Eso es lo que yo he aprendido en la vida”



Si eso piensa del Perú, si pudo arrastrar por el piso a Pilar Nores, si mandó a espiar a sus adversarios y “compañeros”, ¿Qué no hará con el APRA?...¿Alguien sigue dudando?...



Saludos,

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