Alan-Ollanta:
¡maduro indulto largamente incubado!
¿Pueden 2 jueces
deliberar una sentencia y dictarla si el demandante aún no ha presentado su
demanda, no conocen los elementos probatorios de la pretensión y ni siquiera
existe un expediente formado? Claro que no. Empero, Alan y Ollanta sí pudieron:
sin pedido, ni expediente a la vista y sin rubor alguno vieron el caso del
indulto a Fujimori.
Fue el
17-6-2011, 5 pm, en una reunión en palacio de gobierno, de 3
horas, en la cual trataron, con pelos y señales, sobre esta gracia presidencial
que aún no se había solicitado formalmente por el beneficiario, ni por sus
hijos, tampoco por terceros.
Esta fue una
connivencia dolosa en grado sumo; dos presidentes trataron el indulto del
expresidente; sin que éste lo haya pedido en forma alguna; sin que exista
organizado su expediente ante la Comisión respectiva, sin que la Comisión creada
por Alan mismo lo sepa y sin que ésta sesione, esté reunida o siquiera
convocada.
Se trató de una
larga reunión palaciega, entre Alan en funciones de presidente y el apenas
elegido Ollanta, con los vicepresidentes Marisol Espinoza y Omar Chehade de
circunstantes. También estuvo Daniel Abugattás. Alan propuso a boca de jarro el
indulto en dúo, sin olas del entrante y, supongo, sin cobrar lo que el saliente.
Con testigos ex propria sensivus los
guarismos nunca se
ponen sobre la mesa.
Esta malhadada
reunión significa que el expresidente Fujimori, y su torcida gente en la sombra,
estaban pugnando por la gracia, pese a no haberla pedido en forma, por ejemplo,
por las hoy conocidas cartas manuscritas, con los documentos que es menester
aparejar; quiere decir, además, que los dos presidentes, el saliente y el
entrante, buscaban decidir el indulto de modo reñido con el derecho, a espaldas
de todos, no por enfermedad del beneficiario sino como parte de una corrupta
componenda. ¡El propuesto no reprobó en modo alguno la propuesta, la amasó y la
anidó!
Al diantre,
entonces, la enfermedad terminal o no terminal grave, avanzada y degenerativa
del beneficiario que es requisito y que hoy se discute con hartazgo; al tacho la
Comisión apenas creada y su Reglamento ya dado; qué importaba la inexistencia de
un expediente de trámite de indulto, con la actual “admisión”, si los
“grandes” lo podían decidir a solas sin nada de eso. ¿Para qué, entonces,
la finta de Alan García de crear una Comisión de 05 miembros y aprobar su
Reglamento con excesivo rigor normativo? ¿Acaso amagaba subir la tarifa fijada
tras bambalinas?
Al salir de
palacio, Omar Chehade, preguntado por la prensa sobre el indulto, declaró que no
le place ser infidente. Tampoco lo ha sido Marisol Espinoza, ni Abugattás,
hasta ahora.
Alan García, entrevistado por Jorge Ramos en el programa
Al Punto de Univisión (USA), el 2-3-2012, confesó que trató
el tema con Ollanta aquel 17-6-2011. Estas son sus palabras:
“Yo le dije: salgamos los dos y
tomemos esta decisión”. Para mí es difícil
hacerlo al final del gobierno, me parece un golpe bajo al nuevo gobierno, y para
usted es difícil hacerlo comenzando”.
Ollanta Humala, también sus nombrados contertulios, sigue
guardando silencio de lo conversado. Acaso se ha dicho: ¿Por qué Alan lo puede
conceder, con mi silencio cómplice, si lo mismo puedo tratar a escondidas con
los interesados y decidirlo con sordina durante mi mandato?
El país urge de
explicaciones de esta connivencia larvada aquel 17-6-2011; pues, en la próxima
navidad 2012 la larva peluda puede culminar su metamorfosis y parir un maduro
indulto, hace mucho tiempo incubado.
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