Economía Moral
Fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado y visiones de futuro/ X
Texto de Marx que funda la gran esperanza y problematiza la teoría del valor
Texto de Marx que funda la gran esperanza y problematiza la teoría del valor
Julio Boltvinik
En el volumen 2 de los Grundrisse1 Marx incluyó una pequeña sección (
“El intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir el poner el trabajo social bajo la forma de la antítesis entre el capital y el trabajo, es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor. El supuesto de esta producción es la magnitud de tiempo inmediato de trabajo, el cuanto de trabajo empleado como el factor decisivo en la producción de la riqueza. En la medida, empero, en que la gran industria se desarrolla, la creación de la riqueza efectiva se vuelve menos dependiente del tiempo de trabajo y del cuanto de trabajo empleados, que del poder de los agentes puestos en movimiento durante el tiempo de trabajo, poder que a su vez no guarda relación alguna con el tiempo de trabajo inmediato que cuesta su producción, sino que depende más bien del estado general de la ciencia y del progreso de la tecnología... La riqueza efectiva se manifiesta en la enorme desproporción entre el tiempo de trabajo empleado y su producto, así como la desproporción cualitativa entre el trabajo, reducido a una pura abstracción, y el poderío del proceso de producción vigilado por aquél”.Contradicción entre la base de la producción burguesa (medida del valor) y su propio desarrollo), que resulta crucial porque: 1) funda, con más de 100 años de anticipación, la gran esperanza de liberación humana de la escasez y del trabajo enajenado, a la que me referí en la entrega del 23/9/11, siguiendo a Richta; y 2) porque pone en duda la vigencia de la ley del valor trabajo formulada por los economistas clásicos y perfeccionada por Marx. La sección comienza así:
En síntesis: 1) el capitalismo (producción de valor) se rige bajo el supuesto de que el monto del tiempo de trabajo es el factor decisivo en la producción de riqueza, 2) pero con la gran industria la creación de riqueza se vuelve menos dependiente del tiempo de trabajo y más del poder de los agentes puestos en movimiento, poder que depende sólo del avance de la ciencia y la tecnología; 3) desproporción cuantitativa entre tiempo de trabajo y producto, y cualitativa entre trabajo abstracto y el poderío del proceso de producción. Marx continúa así:
“El trabajo ya no aparece incluido en el proceso de producción, sino que más bien el hombre se comporta como [su] supervisor y regulador... El trabajador ya no introduce el objeto natural modificado [herramienta] como eslabón intermedio entre la cosa y sí mismo, sino que inserta el proceso natural, al que transforma en industrial, como medio entre sí mismo y la naturaleza inorgánica... Se presenta al lado del proceso de producción, en lugar de ser su agente principal. En esta transformación lo que aparece como el pilar de la producción y de la riqueza no es ni el trabajo inmediato ejecutado por el hombre ni el tiempo que éste trabaja, sino la apropiación de su fuerza productiva general, su comprensión y dominio de la naturaleza gracias a su existencia como cuerpo social: en una palabra, el desarrollo del individuo social. El robo de tiempo de trabajo ajeno, sobre el cual se funda la riqueza actual, aparece como una base miserable comparado con este fundamento, recién desarrollado, creado por la gran industria misma”.
En resumen: 4) el hombre se presenta al lado del proceso de producción en vez de ser su agente principal (supervisando y regulándolo); 5) en vez de la herramienta interpuesta entre el hombre y la cosa, se interpone ahora un proceso industrial; 6) el pilar deja de ser el trabajo que es remplazado por el desarrollo del individuo social que se apropia la fuerza productiva general (comprensión y dominio de la naturaleza); 7) el robo de tiempo de trabajo ajeno, la plusvalía, base de la riqueza actual, es una base miserable comparada con el fundamento actual. Marx abre la gran esperanza y pone en duda la vigencia de la ley del valor:
“Tan pronto como el trabajo en su forma inmediata ha dejado de ser la gran fuente de la riqueza, el tiempo de trabajo deja, y tiene que dejar, de ser su medida y por tanto el valor de cambio deja de ser la medida del valor de uso. El plustrabajo de la masa ha dejado de ser condición para el desarrollo de la riqueza social, así como el no-trabajo de unos pocos ha cesado de serlo para el desarrollo de los poderes generales del intelecto humano. Con ello se desploma la producción fundada en el valor de cambio, y al proceso de producción material inmediato se le quita la forma de la necesidad apremiante y el antagonismo. Desarrollo libre de las individualidades, y por ende... reducción del trabajo necesario de la sociedad a un mínimo, al cual corresponde la formación artística, científica, etcétera, de los individuos gracias al tiempo que se ha vuelto libre y a los medios creados para todos.
Karl Marx, autor de los Grundrisse
El capital mismo es la contradicción en proceso: tiende a reducir a un mínimo el tiempo de trabajo, mientras por otra parte pone el tiempo de trabajo como única medida y fuente de la riqueza. Disminuye el tiempo de trabajo en la forma de tiempo de trabajo necesario, para aumentarlo en la forma del trabajo excedente… Por un lado despierta a la vida todos los poderes de la ciencia y de la naturaleza, así como de la cooperación y el intercambio sociales, para hacer que la creación de la riqueza sea (relativamente) independiente del tiempo de trabajo empleado en ella. Por el otro lado se propone medir con el tiempo de trabajo esas gigantescas fuerzas sociales creadas de esta suerte y reducirlas a los límites requeridos para que el valor ya creado se conserve como valor. Las fuerzas productivas y las relaciones sociales –ambas aspectos del desarrollo del individuo social– se le aparecen al capital únicamente como medios para producir fundándose en su mezquina base. In fact, empero, constituyen las condiciones materiales para hacer saltar a esa base por los aires. La naturaleza no construye máquinas, locomotoras, ferrocarriles, etcétera. Son estos productos de la industria humana: material natural transformado en órganos de la voluntad humana. Son órganos del cerebro humano creados por la mano humana: fuerza objetivada del conocimiento. El desarrollo del capital fixe [fijo] revela hasta qué punto el conocimiento o knowledge social general se ha convertido en fuerza productiva inmediata y, por lo tanto, hasta qué punto las condiciones del proceso de la vida social misma han entrado bajo los controles del general intellect y remodeladas conforme al mismo.”
En suma, 12) el capital es la contradicción viva: mientras reduce al mínimo el tiempo de trabajo, considera éste como la medida y fuente únicas de la riqueza; 13) despierta a la vida los poderes de la ciencia para que la creación de riqueza sea independiente del tiempo de trabajo pero quiere medir con él las gigantescas fuerzas sociales creadas; 14) pero se propone limitar estas fuerzas para que el valor creado siga siendo valor; 15) las fuerzas productivas y las relaciones sociales que, para el capital, con su mezquina base, son meros medios para producir valor, son los materiales para hacer saltar esa base por los aires, 16) las máquinas son órganos del cerebro humano creados por la mano humana: fuerza objetivada del conocimiento; el desarrollo del capital fijo revela el grado en el cual el general intellect (el intelecto general) controla las condiciones del proceso social. En próxima entrega reflexionaré sobre qué significa lo anterior para la ley del valor.
1) Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, 3 volúmenes, Siglo XXI Editores, 1972. La pequeña sección forma parte del capítulo III sobre el capital (que inicia en el vol. 1 y cubre todo el vol. 2). La sección en cuestión va de la p. 227 a la 230, de donde tomo todas las citas. Introduzco pequeñas omisiones y leves modificaciones para mejorar la claridad.
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