El sistema de partidos políticos en España fue clasificado durante muchos años de "pluralista limitado", es decir partidos parlamentarios no más de cinco con un eje centroizquierda y centro derecha como articuladores del voto mayoritario. PSOE Y PP juntos han llegado a sumar más del 70% del voto. Pero este sistema tiene sus trampas, es claramente sub representativo de los partidos y alianzas de izquierda y sobre representativo de las coaliciones y partidos de la derecha nacionalista. Durante los gobiernos de Felipe Gonzales y José María Aznar, el nacionalismo conservador catalán usó sus votos en las cortes para organizar las mayorías gobiernistas, a cambio recibió su más preciada demanda: recaudar y gestionar el impuesto a la renta, es decir alcanzar la plena autonomía fiscal, lo cual debilita la capacidad redistributiva del estado (las autonomías que más aportan, coadyuban a fortalecer a las más débiles), pero era el costo a asumir por la llamada "gobernabilidad".
Cuando el PSOE o el PP han tenido mayorías absolutas en las cortes, el nacionalismo, ha seguido siendo vital para reformas constitucionales, en la línea del consenso de lo que en España se ha llamado "el espíritu de la transición".
Este sistema electoral, ha permitido que "de facto" se de un bipartidismo en España. Con dos bloques leales a la monarquía y con capacidad para encauzar la participación mayoritaria de los españoles. Pero es un bipartidismo con características partidocráticas, una suerte de oligarquía política que gestiona el estado de forma alterna, dejando de representar en gran medida los intereses sociales, y pasando a representar intereses corporativos o de grupos sectoriales.
El desencanto de los españoles con el sistema de partidos se expresó en las últimas elecciones generales, donde crecieron las opciones de izquierda y centroizquierda ciudadana al margen del PSOE. Era inevitable , luego de semanas de agitación callejera de un expresivo movimiento ciudadano compuesto por jóvenes y desempleados llamado "los indignados". Este movimiento denunció que los costos de la crisis económica trataba de ser impuesto a los españoles por la tecnocracia neoliberal de Bruselas, por la alianza Sarkozy-Merkel y la complicidad de la clase política PSOE-PP.
Ello provocó, que un profundo sentimiento de renovación se expresará en el PSOE con Carme Chacón, ex Ministra de defensa y aliada de Zapatero, pero no subordinada ni clientela del mismo. Enarbolando un discurso que llamaba a retomar las raices de izquierda del PSOE, de defensa sin ambiguedades del Estado de Bienestar y de coherencia institucional entre lo que se dice y se hace para volver a reencantar a los españoles con el proyecto socialista, Carme Chacón comenzó a encarnar la renovación frente al aparato y los "barones" que manejan territorialmente al PSOE.
Intentó ser candidata a la Jefatura de Gobierno de España pero los barones la desembarcaron anulando las prometidas "primarias" (un militante, un voto). Salió electa diputada por Cataluña e inmediatamente planteó la renovación del PSOE, luego de la catastrófica derrota frente al PP, por parte de Rubalcaba.
Un sector importante de independientes de izquierda y socialistas vinculados a Zapatero la apoyaron y comenzó su intenso trabajo y recorrido por todas las federaciones socialistas. Pero el PSOE es un partido muy complejo, de alianzas cruzadas y trasversales, que se van decantando, a veces en torno a principios, en torno a personalidades y otras por puros intereses burocráticos territoriales o de faccionalismo cerrado.
Carme Chacón además ha tenido que enfrentar la campaña en contra del diario El País, que siempre ha controlado a la derecha del PSOE y apoyado a Felipe Gonzales, incluso en sus gruesos errores. Con Gonzales, "El Pais" pasó a convertirse en un emporio mediático transnacional, acumulando poder mediático, político y financiero. Chacón fue vista como "un peligro" para los intereses del grupo Prisa, pues el marido de la emergente lideresa, Manuel Barroso es un especialista en comunicación política, también colaborador de Zapatero, que ha apoyado las experiencias digitales y virtuales de una prensa alternativa de izquierda, algo que "El País" vio como un atentado a varios de sus programas de inversión.
Felipe Gonzales, apoyó a Rubalcaba. Era el momento para retomar el control politico del PSOE, liderando a los "barones" y la burocracia. Carme Chacón no pudo contar con su neutralidad, como corresponde a un patriarca o alguien que aspira a ser la voz moral del PSOE (aunque sus títulos sean muy discutibles).
Al diario "El Pais" (José Luis Cebrian), la burocracia rentada, y los Barones (caciques), les preocupó el discurso de izquierda de Carme Chacón, pero más les preocupò que fuera "poco dúctil" (como Zapatero). Lo cierto es que Carmé Chacón, significaba el inicio de una profunda renovación del PSOE, y posiblemente, la jubilación de parte importante del viejo aparato, pero sobre todo significaba una propuesta de alianza con "la otra izquierda", o la llamada "mayoria social" que ha crecido en España con la crisis.
Tal es así que la mayoría de los analistas españoles coinciden y hasta el propio Rubalcaba lo ha insinuado, que este liderazgo veterano, es transitorio. Parece que detrás se está fortaleciendo el proyecto del Lendekari Paxti Lopez (Presidente del País Vasco), pero antes había que detener a Carme Chacón.
Tras casi treintaicinco años del fin de la dictadura de Franco, los actores politicos que diseñaron las instituciones de la democracia española moderna, que pactaron hasta el discurso y las formas políticas, no están dispuestos a ceder el terreno. No creen en los movimientos sociales, ni en alternativas al modelo dentro del cual han prosperado, y al cual han convertido en un auténtico fetiche, buscando incluso su exportación.
Carme Chacón no se enfrentó solo a Rubalcaba, se enfrentó a una estructura politica-económica de dominación y control, que opera dentro y fuera del PSOE. Ella tiene defectos, tambien eso es claro, a veces su discurso es altisonante, de plazuela, otras veces divaga, no precisa sus propuestas, es reiterativa como quien necesita convencerse de sus propias ideas, y sus planteamientos tienen la sombra del gobierno de Zapatero que en sus últimos años se rindió frente a los poderes fácticos. Pero tiene carácter, es independiente, sabe que valores defiende y aspira a representar, es inteligente, maneja escenarios alternativos, no se achica y juega fuerte a la política en base a convicciones.Pero sobre todo tiene el corazón a la izquierda, nieta de un anarquista que peleó en la guerra civil contra el fascismo.
Veintidós votos han hecho la diferencia entre Rubalcaba y Chacón. Puede haber sido un triunfo pírrico del viejo aparato del PSOE, pero Carme Chacón tiene otro espacio que es el catalanismo de izquierdas. Ya se verá, pero como afirma Juan Carlos Monedero, la derrota de Chacón puede ser la oportunidad definitiva para la "otra izquierda" española, la social y ciudadana.Al tiempo.
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