El producto de uno de los malos manejos de García
De fuentes confiables se indica que Alan García pretende desfilar con un escalónpropio en el Mitinde la Fraternidad. Sus operadores y alguacilillos están buscando acompañantes entre el clientelaje.
La coyuntura de acusaciones de la Megacomisión Investigadora de la corrupción obliga a García y a su secuaz Del Castillo a colocar de escudo al Partido Aprista y a politizar el tema como casos de persecución política. Es vergonzante para los apristas originales que ahora el fujimorismo defienda a García.
Preocupa a García cómo va a ser recibido por la masa aprista, es decir, con rechiflas y al grito de ¡Fuera los corruptos del APRA! Todavía está fresco lo que afirmó en el 2006 –Mi gobierno no es una agencia de empleos– pero sin embargoingresaron a trabajar en el Estado sus clientelajes y los del del jorgismo, mulderismo, aranismo, etc.
El aprista que empujó el pase de García a la segunda vuelta y que le dio el triunfo; el aprista que hizo propaganda, prestó locales, autos, camionetas, aportó económicamente, brindó su tiempo, colocó banderolas y pegó afiches fue ninguneado. Ellos sólo exigían un gobierno aprista, reivindicativo, de justicia social y no de faenones, enriquecimiento y menos aún de dejar la etiqueta de Aprista = Ladrón.
Recordemos a la ministra del nepotismo, que colocó a sus hijos en varios ministerios y cuya familia ganaba más de sesenta mil nuevos soles mensuales, mientras ella nombraba familiares en el SIS, Essalud, etc.
Otro personaje cuestionado es el Secretario General del PAP, Jorge del Castillo –el asqueante Tío George– que no ha convencido con una resolución de impunidad obtenida por el copamiento alanista de la Fiscalía. A la semana de haber “limpiado” al corrupto del Castillo, la Fiscalía también archivó el caso de Fernando Barrios.
Del Castillo pasará a la historia por ser el alanista más pifiado. El militante aprista no olvida los petroaudios en donde se negociaban comisiones con Rómulo León; las nueve visitas a las suites de Canaán, quien ofrecía financiar su campaña presidencial, o los negocios de PetroMonterrico.
Ni Alan García, ni Jorge del Castillo, ni Omar Quesada ni ningún dirigente actual deben presidir una fiesta a Víctor Raúl.Su presencia es una ofensa a un hombre ejemplar, honrado, humilde y dedicado al pueblo. ¡Que una partida de ladrones no trafique con su sagrado nombre!
¡La voz de los indignados apristas se escuchará!
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