PALABRAS DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA , ALAN GARCÍA, EN PRESENTACIÓN DEL LIBRO “ LA SEGUNDA OPORTUNIDAD ”, DE ENRIQUE CORNEJO
Auditorio de Petroperú, San Isidro 04 de Julio de 2011
Queridas amigas y queridos amigos asistentes esta noche a esta presentación,
Quisiera al iniciar unas palabras, que han de ser breves, saludar a los integrantes de la mesa, que es de hecho, comenzando por el lado izquierdo, una mesa de gran importancia intelectual y analítica y muy bien escogida para hacer la presentación de este libro.
Max Hernández, psiquiatra comprende en profundidad el alma de las personas y estoy seguro el alma de los pueblos y ha escogido un trabajo paciente y misionero de mantenerse como secretario técnico del Acuerdo Nacional buscando, yo diría, franciscanamente unir criterios, mantener dentro del acuerdo diferentes fuerzas y lograr consensos que de hecho como políticas nacionales se deben en mucho a su persistencia y a su paciencia y creo que el país debe mucho a este Simón de Cirene que nos ha ayudado a llevar la cruz buscando siempre la conjunción de los criterios y la pacificación de los espíritus en el diván del Acuerdo Nacional.
A Jaime Estévez lo conocí en una circunstancia que agradezco a la vida, invitado por el presidente Ricardo Lagos cuando aún era candidato a la presidencia, quería estudiar el modelo económico y político de Chile, y estuve más de una semana recorriendo los ministerios gracias a que el presidente de entonces tuvo la generosidad de abrirme las puertas de cada despacho y de instruir a los dirigentes económicos y políticos a absolver mis preguntas y sin decírmelo a enseñarme muchas cosas; y cuando transpuse los umbrales del Banco de Estado de Santiago me encontré con una de las personalidades más brillantes e inteligentes que he conocido y del cual me precio enormemente ser amigo porque desde entonces comenzamos una relación de consejo y de asesoría que he valorado enormemente de este hombre comprometido con la política desde joven, allendista como todos a nuestro turno lo fuimos, pero que ha sabido analizar autocríticamente los errores, y ver además las nuevas circunstancias del mundo para dar lo que Chile nos ha dado, un ejemplo de democracia, de crecimiento y de inclusión.
Y Enrique Cornejo, el autor del libro, es ciertamente alguien de quien no es difícil hablar porque soy persona parcializada, él fue en mi primer gobierno secretario general de la presidencia y por consiguiente tenía un diario y múltiple despacho con él, escuchando sus opiniones, después presidente del Banco de la Vivienda y luego penitente y paciente trabajador con la Célula Parlamentaria Aprista en las épocas más difíciles y siempre por cierto miembro del equipo económico, a veces grande, a veces pequeño que cabía en un sofá del Partido Aprista Peruano en las malas épocas en la que todos nos abandonan pero es una vieja historia que conocemos desde hace 80 años y a la cual no tenemos temor porque sabemos que el mundo va y viene.
En este segundo gobierno abordó labores de alta dimensión, y le pedí encargarse del Banco de la Nación justamente porque su personalidad y su inteligencia son las más cercanas que hay en el Perú a la de Jaime Estévez, uno de los hombres más inteligentes de América Latina; y aplicamos en el Banco de la Nación lo aprendido en Santiago, el microcrédito desde esta institución elefantiásica que se había limitado, no sé por qué, a ser simplemente el banco que cobraba impuestos y pagaba planillas pero que por su capacidad gerencial y su difusión en oficinas a lo largo del país podía cumplir una función productiva como nos lo demostraba el Banco de Estado una experiencia muy exitosa en Chile.
A eso añadimos un componente aprendido in situ en el Banco do Brasil, en otra de mis visitas de estudio y de aprendizaje, y lanzamos la política del crédito asignado, como se le llama en Brasil, es decir el crédito a los trabajadores públicos a bajos intereses, para que pudieran enjugar y saldar los créditos usurarios de altos intereses que pedían a otros prestamistas; y tengo la satisfacción que el Banco de la Nación , después de lo iniciado por Enrique Cornejo, continuó con sus nuevos administradores, y ha alcanzado más de 3 millones de créditos a los jubilados, a los policías, a los pensionistas, a los trabajadores; y ha alcanzado más de 500 mil créditos a las micro y pequeñas empresas de todo el país sumando miles de millones de soles o dólares en un esfuerzo que ha apoyado activamente el crecimiento desde debajo de nuestro país.
Esto es lo que toca a los integrantes de la mesa y comentaristas, y obviamente saludo al presidente de Petroperú y a la señora Mercedes Gonzales, representante de la Editorial Santillana.
Pero, quisiera referirme muy simple y rápidamente al desarrollo temático, la segunda oportunidad es un título casi imposible en política, en política como en las grandes batallas, los personajes mueren al terminar la primera oportunidad, y ciertamente yo he visto mis funerales y durante diez años he visto cómo se me enterró y cómo se enterró conmigo al Partido Aprista. Pero, Dios, el pueblo, las circunstancias y los astros han querido que pueda volver a ver el recomienzo de la experiencia y tal vez, y estoy seguro de ello, vea por segunda vez mis funerales, pero como lo he advertido el que se empeñe en enterrarme me volverá a la vida y por más deseo que tenga de irme de la vida política con una buena experiencia como esta si alguien se empeña en quererme enterrarme otra vez como una vez lo hicieron simplemente encontrarán un final que no les va a hacer feliz.
Pero lo cierto es que la experiencia del año 85-90 debe ser leída desde un ángulo importante y psicológico más, que demuestra por qué las sociedades deben ser tolerantes y los sistemas democráticos son eficaces. El aprismo insurgió en el Perú en 1930 y enarboló un programa que ha sido cumplido por otros a lo largo de toda la historia reciente; pero nunca como fuerza social y con su gran conductor pudo llegar al gobierno, yo pienso porque acumuló en contra de sí la más importante convergencia de adversarios pero también digo que uno debe ser suficientemente hábil para no acumular a todos los adversarios al mismo tiempo y todo el tiempo; y creo que eso es lo que le faltó a nuestro gran partido, paciencia, habilidad política, saber romper el cerco, y saber tener alianzas consistentes y firmes.
Pero después de 55 años de ilusión patética y agonista de todos nosotros en la idea de que el APRA podría cambiar al Perú sin darnos cuenta que el Perú ya estaba cambiando, que ya había seguro social, que los campesinos del feudo andino se habían desplazado a vivir en las ciudades, y que ya no era el 70% de campesinos sojuzgados como en 1930 sino 70% de pobres urbanos pero sin feudo y sin gamonal, el Perú había cambiado porque la esencia de la vida es que las cosas cambien muchas veces por sí mismas y el margen que tiene el protagonista histórico es muy pequeño.
Nosotros insistíamos en que solo con la presencia del APRA en el gobierno las cosas cambiarían radical y maravillosamente, y pensábamos cada vez con más fuerza eso porque 55 años fuera del poder hacen que uno piensa con mayor fuerza eso; de manera que cuando mi generación llegó al gobierno, de mi mano, teníamos la convicción de que debíamos hacer una profunda revolución no solo nacional sino mundial, de allí que emplazamos al Fondo Monetario Internacional, emplazamos al gobierno de los Estados Unidos, nos negamos al pago de la deuda, rechazamos y desde aquí se motivo la defensa de Nicaragua, expulsamos al embajador de Estados Unidos y pusimos la bandera de Panamá cuando Estados Unidos invadió Panamá, todo eso era romántico, todo eso era audaz, y todo eso, por cierto, levantaba muchos aplausos pero además nos planteamos mejorar la condición de vida de los más humildes y la primera medida era aumentar los sueldos y la segunda medida era dar créditos a los más pobres sin cobrarles intereses y muchas veces sin preocuparse de cobrar las deudas para hacerlos responsables, eso también daba aplausos y popularidad; no estábamos conscientes de que el mundo continuaba cambiando debajo de nuestros pies y que comenzaba una etapa en la cual la información, la computación se iniciaba y comenzaban a derrumbarse las fronteras y estaba a punto de caer el célebre Muro de Berlín que había marcado la oposición de dos sistemas que parecían rivales en fuerza y que estaban mediatizados el uno por el otro, el capitalismo privado y el capitalismo de estado socialista que por cierto encerraba dentro de sí crímenes enormes a lo largo de su historia y además una incompetencia tecnológica por falta de competencia en factores económicos y tecnológicos dentro de esa área.
Nosotros teníamos algo todavía como reto, el gobierno militar en su primera etapa, no en la segunda, había planteado hacer una serie de reformas que a todos entusiasmaron, aunque nos preguntábamos siempre y ¿por qué no dejaron al APRA hacerlo?, la reforma agraria, estupendo, pero la reforma agraria en las zonas de alta explotación y de falta de productividad, pero una reforma agraria que procediera a la colectivización ya fracasada en todas partes solo podía conducir a la caída de la producción que es lo que hasta ahora estamos viviendo. Por hacer algo positivo hacia adelante dimos un salto atrás, es posible que las consecuencias sociales fueran interesantes pero no se vive de consecuencias sociales y finalmente lo fundamental es el alimento que da la agricultura; y en eso se cometieron graves errores. Sin embargo nosotros decíamos esto lo hubiera hecho el APRA en el año 30, el APRA hubiera organizado, cosa que no era cierto porque en ninguna parte decía que iba a ver una empresa petrolera, una empresa de la sal, una empresa del tabaco, una empresa de los cines, que se iban a crear 174 empresa públicas todas presididas con el nombre Perú, guión, etcétera.
En realidad lo que no fuimos conscientes fue de algo tremendo y esto es algo de lo que advierto a la juventud, ya a mi edad me toca hacer consejos y advertencias a la juventud, aunque ciertamente me siento muy joven para hacer eso, pero algo de lo que advierto es lo siguiente, uno debe leer con atención la realidad, eso es lo que Haya de la Torre enseñó desde el inicio de su vida política, atienda a la realidad no a los libros, pero muchos estudiábamos el primer libro de Haya de 1924-28 y decíamos este es el APRA y, sin embargo, este hombre providencial que enseñó durante todo el tiempo que todo cambiaba, y dijo cambió la época y el pensamiento aristotélico, cambió el pensamiento de Newton, fue superado, superado, todo pensamiento ha sido superado, tenía una concepción de la teoría del conocimiento y de la realidad absolutamente diferente a la lógica de decir ya encontré la verdad en ese libro, él era un hombre que enseñó siempre la verdad no está en un libro, la verdad está fuera del libro, búsquela usted fuera y actualice el libro, pero esto nunca lo entendimos, y ocurrió Jaime, que en el primer gobierno éramos más velasquistas que apristas, esa es la verdad, había que demostrar que el velasquismo no fue tan izquierdista y tan popular como podía ser el APRA en el gobierno y que nuestros alumnos tardíos, los militares revolucionarios, no podían hacer cosas tan profundamente como los apristas; por consiguiente había que plantearse retos mayores, si ellos lucharon contra los barones del azúcar hay que luchar contra los barones del dinero del mundo, en el fondo era eso, sentados en el diván hubiéramos tenido que concluir al final era un elitismo extraño el que estaba en funcionamiento, un elitismo de competencias y es por eso que he asumido siempre autocríticamente porque cuando uno ha sido enterrado, muerto y sepultado uno tiene tiempo para pensar dentro del cajón y entonces uno se da cuenta cuáles ha sido los errores, las exageraciones, y yo diría hasta los afanes lirico-oratorios que conducen muchas veces a graves errores, aquél que persigue sus frases para ganar aplausos solo conduce o solo llega al error.
Entonces el haber precipitado algunos problemas por voluntarismo le sumó gasolina a la hoguera, que en ese momento existía, es verdad que en el año 85 el Perú no era muy fácil, la señora Pilar, Primera Dama de la Nación que está aquí, sabe que la mañana del año 85 dudaba mucho en ir a jurar o no, porque hablar de ideología en un país que en ese momento tenía Sendero Luminoso y más bien necesitaba medidas militares y un conductor militar que triunfara; era absolutamente diferente a todo aquello para lo cual habíamos estudiado filosofía, política; era un país difícil y el mundo estaba en dificultad tremenda, se había hundido México por la crisis externa, ya había estallado en el mundo la crisis financiera, nadie prestaba a los países, los bancos solo cobraban, la lógica era decir: no te pago mientras no crezca. Nuestros adversarios decían, pero si no pagas, no te van a prestar, y yo decía, a nadie en el mundo le prestan porque esta es la época de la recuperación, del cobro.
Entonces, por gusto sacrificaría yo a los peruanos pagando una deuda por la cual no me van a represtar nada, ni siquiera para pagar la propia deuda, fue una época difícil, pero yo soy conciente que por este deseo de hacer cosas 55 años después, de haber ofrecido cambios románticos, no podíamos dejar de hacer algunas cosas como mejorar la vida de la gente dando salarios, mejorar la vida de los campesinos dándole créditos que no habían recibido, y lo que hicimos fue echar un poco de gasolina al fuego que estaba prendido, no se olviden que yo recibí el Perú con inflación de 120 por ciento, ahora lo dejó con inflación de 3 por ciento, yo lo recibí entonces con inflación de 120 por ciento.
Naturalmente, si usted comienza a gastar para hacer obras y quiere hacer Chavimochic, y quiere cumplir con la irrigación del Río Cachi, y quiere cumplir con hacer carreteras, y quiere aumentar los sueldos, y quiere dar créditos a los campesinos, la gente feliz, la popularidad es del 60, 70 por ciento, pero la economía pasa siempre la factura, es lo que tienen que entender los gobernantes de hoy, de ayer y del mañana, la economía pasa la factura, y al final de la fiesta viene alguien con una factura que usted tiene que pagar en caos económico, en impopularidad o finalmente endeudando al país grotescamente que fue el caso entre 1968 y 1980, la famosa revolución nos costó 7 mil millones de dólares de esa época que equivaldrían a 30 mil millones de hoy, eso nos costó la famosa revolución porque como no había capital de inversión, si le quito a todos todo, y nacionalizo todo, nadie invierte, me tengo que endeudar como Estado, y esa deuda que la paguen los peruanos del futuro, así no se puede gobernar, eso es irresponsable, dejarle a los del mañana un bola de nieve que los va a consumir como que estalló cuando llegó el presidente Belaunde y durante el gobierno de Alan García.
Entonces, todo eso lo pensamos cuando hacia 1990 un gobierno de cuyo nombre no quiero acordarme, para usar los términos del Quijote, puso en marcha de manera compulsiva, yo diré, dictatorial y brutal, la modernización del Perú, puso en marcha las privatizaciones y todos decían: ¿y por qué el gobierno anterior no privatizó?, muy fácil, ¿y por qué Cristo no usó automóvil?, porque no existía. Antes de 1990 no había nadie que comprara una empresa pública, solo después de 1989 con Carlos Salinas en México y con la caída del Muro de Berlín comenzó el interés de comprar empresas telefónica, etc, invertir en el mundo, pero no en el año ’86, nunca recibí una propuesta de Telefónica de España en 1985, no, porque no era ese mundo, pero un nuevo mundo estaba comenzando a aparecer.
Aquí en el Perú se hicieron las cosas sin democracia, brutalmente y sobre eso no voy a hablar, pero en esos 10 años ellos necesitaban lo que siempre dice el mal consejo político: pan y circo. Pan, aumentando los sueldos cuando se pueda, y circo, destruyendo al adversario y culpándolo de mil cosas, no importa, que se limpie él, mientras tanto usemos los diarios que tenemos comprados y las cadenas de televisión para continuar ensuciando, el circo, un circo que también se hizo durante la dictatura pinochetista en contra de todos los socialistas y contra de Salvador Allende, y en su experiencia que es tan similar a la nuestra solo que al Chicho lo mataron y a nosotros no, pero los 10 años nos sirvieron para pensar y comprender dos cosas:
Primero, que debíamos aprender mucho mejor lo que es economía y que el pueblo agradece fundamentalmente que los precios no suban. Usted puede empeñarse en hacer millones de obras y aumento de salarios, pero si el precio sube, el gobierno es malo; usted puede no dar una obra ni aumentar el salario, pero si los precios son estables y ojalá cero al año, el gobierno es bueno. Esa es la lógica, no sé si acertada o no, es la realidad. Entonces, aprendimos que había que preocuparse, primero, de ese tema, y después del tema del crecimiento, de la descentralización, de la inclusión, pero jamás sacrificando este tema central que es la capacidad de consumo de la gente.
En segundo lugar, comprendimos algo que es fundamental que el mundo dio un vuelo así. Hasta 1980 y mucho más en 1930 cuando surgió el pensamiento que nos acompañó hasta 1990, la economía del mundo era una economía de cosas, de materias primas, una economía material. A partir del 2000 cada vez es más una economía de informaciones, de servicios. Si usted compara el comercio mundial de esos años con el comercio mundial de hoy encuentra una cosa muy simple, la suma del comercio mundial de 1930, 1950 o inclusive 1970 era fundamentalmente de materias primas, bienes, productos; si usted ve ahora el comercio mundial lo fundamental está en los servicios, en la transmisión de informaciones, en el dinero electrónico, ese es el comercio mundial, de inteligencia.
Quiere decir que hemos entrado a una sociedad de inteligencia, de ideas, de información, y el haber entrado en eso significa que todo cambia, y cuando se habla por ejemplo, de cómo responder políticamente con partidos, es imposible responder con partidos de la otra etapa a la nueva realidad, hoy los partidos son como las redes del Internet, el Internet es una red donde nadie es dueño, no hay un jefe, solamente hay alguien que dice lo más inteligente o llamativo en un momento y todos afluyen hacia él, pero después se dispersan y van hacia otro. Los objetivos planteados, eso es lo importante en política, ya no la estructura humana, monacal, de secta religiosa, eso ya quedó en el siglo XIX y en el siglo XX, quien persista en eso, yo no sé, tendrá un mal resultado porque el mundo es otro, la juventud no se inscribe en los partidos, no vota, está a la espera del resultado y opina, y opina gracias a que tiene estos maravillosos aparatos donde además tenemos computadoras y del tamaño de un teléfono celular para enviar cosas a todo el mundo y estar comunicados por todo el mundo, ni siquiera dentro del país.
Esto planteaba, para la segunda oportunidad que nos costó, no es que vino del cielo, no me saqué la lotería, sufrí 10 años de persecución y trabajamos 5 años consistente y responsablemente, con responsabilidad frente a un gobierno que había sido elegido por el pueblo para ganarnos el derecho de decir: necesitamos tener una segunda oportunidad, y el pueblo generosamente nos la dio, pero cómo enfrentar esta segunda oportunidad.
En primer lugar, manteniendo la estabilidad económica que es el pan de cada día del país, manteniendo el equilibrio de las cuentas fiscales, manteniendo el equilibrio de los precios básicos, no tenemos la culpa que en un momento suba el petróleo en el mundo, eso está fuera de mis posibilidades, por Decreto yo no puedo bajar el precio del petróleo árabe, puedo graduar y modular su aumento dentro del país evitando que cuando el petróleo suba a 112, algunos, diré, ‘hayatolas’ de la economía automática dicen que la gasolina suba al equivalente de 112, sí pero 2 meses volvió a 95, y cómo hubiéramos afectado toda la economía nacional con eso en vez de esperar un promedio que es lo que debemos esperar, pero esos son precios que están fuera de nuestro alcance.
Cuando llegamos al gobierno en el 2005 se producían en el Perú 600 mil toneladas de pollo anuales, hoy se producen 1,100 toneladas de pollo anual, casi el doble, y ese pollo come maíz extranjero porque los extranjeros con sus transgénicos producen enormemente maíz y nosotros con nuestras variedades originales que no son originales porque el maíz amarillo vino de Cuba hace 50 años, tampoco nos engañemos, producimos muchos menos y la velocidad del consumo del pollo y del maíz para el pollo va mucho más rápido que lo que podría cualquier economía producir en pollo, hay que traer del extranjero y en el extranjero sube el precio del maíz porque sube el precio de la gasolina y hoy día se hacen combustibles con maíz, todo está atado, o sea, a pesar del buen manejo económico le sube el pollo a uno, le sube la gasolina en un momento porque tampoco se puede tapar el sol con un dedo, la gente se molesta, bueno esos son los gajes del oficio, el psiquiatra sabe que como terapia puede solucionarle algunos problemas, pero no la satisfacción total del 100 por ciento al grupo de terapia, más o menos así es nuestra sociedad, hay gente que siempre está quejándose, y está quejándose por una razón elemental porque existe lo que hoy llamamos el crecimiento infeliz, es decir, si usted es pobre y el vecino es pobre, los dos están no contentos, pero estables; si comienza el crecimiento y veo que el vecino crece más que yo, comienza el crecimiento infeliz, por qué a mí me suben el sueldo 200 soles y al otro le han dado 1,000 soles más o tuvo la suerte de tener un negocio donde ganó más, siempre es infeliz el crecimiento, la expectativa del crecimiento.
Por eso en las democracias hay muchas huelgas, pero cuando vienen las dictaduras con los tanques en la calle no hay ni una sola huelga, eso no lo atribuyo yo a cobardía sino a prudencia, tal vez, pero lo cierto es que las huelgas se van a cero cuando hay dictaduras, y las huelgas, el cambio del mundo se pide por las calles, cundo hay democracia y no se puede ametrallar a la gente, no se puede sacar tanques, y nosotros somos demócratas.
De manera que lo segundo que teníamos que afirmar después de la estabilidad económica era la confirmación de la democracia, y eso si tengo orgullo, me podrán decir todos los errores que se quiera, de todo tipo, pero nosotros somos demócratas, pan con libertad había dicho Haya de la Torre e la más hermosa síntesis de su pensamiento para enfrentar al comunismos soviético, y entonces garantizar la independencia de los poderes, la prensa libre, el derecho de opinión, de protesta, complementar eso con la descentralización, que la gente elija sus alcaldes y presidentes regionales, que sean ellos los que gasten más y tomen las decisiones, eso a mí me llena de orgullo porque es la democracia más democracia que existe en nuestro continente.
Nosotros, quiero que lo sepan porque a veces se habla del modelo brasileño señores de Brasil, pero en Brasil hay más injusticia entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más pobre, no lo digo yo, lo dicen todas las cifras internacionales, entonces qué modelo puedo seguir si aquí estamos un poquito mejor, no tenemos la enorme diferencia entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más pobre; entonces estabilidad económica, afirmación de la democracia, yo lo que digo es que puedo a veces no estar de acuerdo con lo que dice un periodista, el periodista no está de acuerdo conmigo y escribe, y yo digo, yo no estoy de acuerdo con lo que dice ese periodista, y dicen: ah no, está tocando la libertad de expresión, no, estoy opinando, tengo derecho a opinar, no por ser Presidente me deben quitar el derecho a opinar, pero la democracia, el mundo del futuro es el mundo de la inteligencia, el mundo de la información, el mundo de la libertad, y nadie debe atentar contra eso, la libertad.
Por eso, estabilidad, democracia y algunas reformas fundamentales que Cornejo trata en su libro y explica como actor y protagonista. Primero, la descentralización, la exigió todo el mundo, hubo un Partido Descentralista a comienzos del siglo XX, todos han hablado de descentralizar, y una vez que comienza a hacerse la descentralización todos dicen, ¿y dónde está la reforma del Estado?, pero está usted sobre la descentralización que es la más grande reforma del Estado republicano, y los alcaldes y los presidentes regionales hoy tienen más del 70 por ciento del gasto de inversión, y espero que los próximos gobiernos lleguen al 80 por ciento, y así iremos avanzando para que en el Perú la ejecución de las cosas esté en manos de las autoridades populares.
En segundo lugar, nos planteamos hacer una reforma de la educación para reformar el alma, acabar con el derrotismo, terminar con el sentido amputado de la historia, hemos sido invadidos, nos han quitado, somos peruanos humillados, la cerviz humillada, y la indolencia de esclavo. Parte de la educación es cambiar la estrofa del Himno Nacional, deje de usted de mirarse en el espejo con esa estrofa todos los días, y cámbielo por algo que le plante metas como la Cumbre de los Andes, nadie se a cuenta del enrome significado que tiene eso en todos los colegios del Perú, pero no todos tienen que darse de cuenta de todo, y la reforma educativa está en marcha con su meritocracia; la reforma de la salud más silenciosa, como corresponde a nuestro Ministro pero eficaz, es crear el Aseguramiento Universal uniendo los sistemas, siempre divorciados absurdamente, de la Seguridad Social y el Ministerio de Salud, yo me he empeñado toda mi vida, inclusive desde mi primer pésimo gobierno, como gustan decir algunos, cree el Ministerio de Defensa porque habían tres Ministerios de las Fuerzas Armadas, cada uno co sus gastos correspondientes, cree la Policía Nacional porque había tres policías en el Perú que andaban batallando por las calles llenas de celos, bueno ahora creamos el Aseguramiento Universal juntando a los competidores del Estado público, la Seguridad Social y el Ministerio de Salud, yo he buscado siempre la concertación, el acuerdo nacional para crear instituciones que permitan funcionar mejor al país, y eso es en el tema de la salud.
Pero, y aquí entramos en materia, el tema la infraestructura, hay que construir el Perú. Un país que no tiene caminos es un no país, ¿qué hicieron los romanos?, ¿qué hicieron las viejas civilizaciones peruanas?, no los incas que llegaron los últimos 70 años y declararon haber hecho todo, eso ocurre con el que llega al final siempre, yo lo hice, cosa que no fue cierta en la Interoceánica del Sur que pusimos desde el primer hasta el último ladrillo, y aquí está quien la hizo, pero los incas llegaron y dejaron nuestros caminos, luego Alexander Humboldt habló de los caminos incaicos, y qué los mochicas y los chimúes y los chinchas, acaso no construyeron caminos, los Chachapoyas y los cajamarcas no hicieron caminos, claro que sí, después pasaron y lo rebautizaron, cambiaron la placa, Camino Incaico, como va ocurrir con mucho de lo que estamos haciendo.
Entonces, la infraestructura es lo que crea un país, lo que facilita la producción, lo que vuelve sostenible la economía y lo que incluye a la población adecuadamente. Incluir a la población, pero no con subsidios, de qué le sirve a una persona que no tiene luz eléctrica, ni agua potable, ni camino, ni teléfono, que yo le envíe un dinero mensual, lo único que hace es comprar más fideos, lo único que hace es aumentar el consumo de algún tipo de bebidas que ustedes los pueden ver porque en las zonas donde se da subsidio aumenta el consumo de cierto tiempo de bebidas que dicen que son saludables y que beberlas da salud, pero en vez de gastar el dinero dando dádivas, lo importante es hacer infraestructura.
Una persona que tiene por primera vez luz eléctrica puede hacer leer a sus hijos en la noche, puede comprar una maquinita eléctrica para trabajar su madera y su tejido, la cooperativa de señoras o señores si saben tejer, si los políticos saben tejer muy bien, les regalaría yo algunas máquinas eléctricas, tiene como hacer llegar la vacuna, tiene como guardar en frío sus frutos; si eso lo multiplicas por 3 millones 200 mil peruanos que tiene en este momento luz eléctrica por primera vez, cuánto significa eso en el Producto Bruto, me pregunto, eso no es inversión de una gran minera ni de una gran empresa telefónica, ese es crecimiento popular desde abajo, y si además de eso le pone agua potable, sus hijos tendrán mejor salud, sus productos podrán ser exportados porque nadie exporta un fruto lavado con el agua del río, si además de eso hace llagar la comunicación telefónica y el Internet, y les anuncio que todos los distritos del Perú tienen telefonía e Internet, creo que es eso bastante, tenemos en este momento 21,000 poblaciones que tienen teléfono e Internet, cuando llegamos habían 6,000 poblaciones comunicadas entre el año ‘93 y el año 2006, del 2006 en adelante se han comunicado por teléfono en Internet casi 15,000, es decir, en 5 años se hizo más del doble de lo que se hizo en 13, y si esa persona tiene luz eléctrica, agua potable, la telefonía, y además tiene una carretera, qué mejor inclusión puede haber, inclusión no es regalarle un subsidio mensual, eso da popularidad politiquera, pero no incluye a nadie, y yo me he peleado mucho con algunas personas que decían que debía atender tal vez a ese tipo de acción, yo siempre he dicho no, la mejor manera es generar trabajo y las obras del Estado tienen que apoyar la infraestructura para que la gente se autoincluya con su esfuerzo porque todo aquello que se regala no es valorado, hay que esforzarse, hay que crear, inventar soluciones, posibilidades.
Y en ese campo, después del Banco de la Nación , Enrique Cornejo ha jugado un rol fundamental. Yo estoy muy satisfecho de haber tenido un Ministro de la calidad de Enrique Cornejo con su lealtad, con su energía, con su capacidad de trabajo infatigable, con su velocidad para buscar soluciones a los enredos administrativos y hasta jurídicos a los que nadie busca solución porque prefieren decir mejor no, pero hemos logrado hacer 10,500 kilómetros de carreteras asfaltadas, más que todo lo que hizo que dicen que hizo mucho Alberto Fujimori, más lo que hizo el doctor Toledo multiplicado por 2. Ellos dos en 15 años hicieron 5,000 kilómetros de carretera, en 5 años 10,500 kilómetros de carretera, los someto a la prueba porque todo esta fedatado por notarios, y eso no hubiera podido hacerse sin una personalidad tan activa, tan vital como l de Enrique Cornejo.
Quisiera rendir homenaje a Enrique Cornejo en la presentación de su libro, primero por haber escrito, los peruanos somos ágrafos pese a tener un Premio Nobel, oralizamos todo, hablamos, para hablar nadie nos gana y para criticar tampoco, pero escribir documentalmente, dejar testimonio que pueda ser contrastado porque este es el país del que yo no lo dije, pero cuando uno escribe ya no puede negarse. Escribir es fundamental, es perdurar, es dejar testimonio y lo primero que tengo que hacer es felicitar porque él es testigo de que los varios gabinetes que he tenido que son 65 ministros en 5 años, a todos les he dicho haga notas, los problemas, las soluciones, las obras, escriba, necesitamos bibliotecas que permitan a la juventud leer, entender, adiestrarse para no repetir errores, bueno él es el primero que cumple presentando este trabajo lo cual ya de verdad es un enorme mérito.
En segundo lugar, el adentrarse en la autocrítica y demás mostrar con valor los problemas que hemos afrontado y las pocas soluciones que hemos dado a algunos temas, me parecen esenciales para el conocimiento futuro. Toda memoria histórica de un país necesita libros, necesita escritura y yo creo que nuestro país necesita fortalecer su memoria histórica, y además reconciliarse con los viejos demonios que todos tenemos dentro por las cosas que hemos vivido a lo largo de la historia, pero creo que la mejor manera de reconciliarse y superar a los demonios es mostrar horizontes y mostrar éxito.
Yo creo que hemos abierto una ventana de posibilidad de éxito en la esperanza de muchísimos peruanos, y creo que a eso Enrique Cornejo ha contribuido extraordinariamente.
Muchas gracias Max por tu trabajo a lo largo de estos años, muchas gracias Jaime por tu amistad y por tu inteligencia, y muchas gracias Enrique por dejarnos este libro sobre “La segunda oportunidad”.
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