Propongo a consideración del respetable lector, el siguiente ejercicio de imaginación geopolítica que, como todos los de su tipo, no está muy lejos de la certidumbre que reclama la historia y la anhelada completariedad con el país del sur.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
Si vamos hacia la complementariedad entrambas naciones, y con un litigio en curso ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por una delimitación marítima inexistente, Chile está en la obligación de comprometerse ante la Comunidad Internacional que respetará aquel fallo y que retirará cualquier fuerza naval chilena del Mar de Grau y en abono de la creación delimitatoria en esa parte de nuestra fronteras que, como lo dice el Tratado de 1929, reconoce su inicio en el Punto Concordia.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
Si se establece el límite marítimo, abandonada cualquier usurpación del Mar de Grau, no hay, entonces, sino paso abierto y franco a una hermandad y complementariedad que deben sellar la paz definitiva. Por tanto, Chile debe eliminar, suprimir, ese impuesto del 10% que Codelco otorga a las Fuerzas Armadas de su país. La paz no presupone inversiones millonarias en armas que sólo sirven para matar a los supuestos o reales enemigos. Y si ya no existe esa especie, merced a la paz conquistada, ¿qué justificación tiene semejante presión tributaria?
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
Como el gas es el de Camisea, en el Cusco de los Incas, y puede el Perú suministrarlo a Chile en forma de electricidad o gas, es importante que las empresas próximas a establecerse en el norte chileno sean mayormente controladas por peruanos que se involucren en la gestión y gerencia de manera integral y decisiva. Perú ha dado libertad a la instalacion de empresas chilenas aquí. En un contrato comercial hay cláusulas que se llaman de “first refusal” y que significan que Perú tendría siempre la primera opción de igualar la mejor oferta para el uso del gas desde Arica hasta Antofagasta.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
¿No habría llegado, acaso, el gran momento para una empresa con tanta experiencia y largos años, como Petroperú, por ejemplo? Ya cotiza o va a cotizar en bolsa, entonces más peruanos, chilenos, españoles, europeos o norteamericanos podrían comprar acciones y participar en una gestión bajo control de connacionales. No debe descuidarse que el gas es un recurso generador pero de alta importancia para el futuro de nuestras naciones.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
En el ajedrez geopolítico de las naciones es incluso más seguro para Chile el diseño precedente, pues si los peruanos no controláramos el uso del gas, un eventual gobierno podría cortar el suministro y eso ocasionaría un problema mayúsculo.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
No dejemos de subrayar que hay algo así como US$ 5 mil millones de dólares de inversiones chilenas en el comercio, las finanzas y los servicios en Perú. ¿Podrían considerarse los anteriores párrafos fuera de la realidad? No, de ninguna manera. La complementariedad obliga a que los que saben más enseñen a los que saben menos y viceversa. Es decir, el beneficio será mutuo y en diferentes áreas del circuito económico. Do ut des, doy para que den.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
Hay precedentes que son de fácil y sensible recordación. Por ejemplo la masacre de Santa María en Iquique, en diciembre de 1907, donde, cercados por el ejército chileno, los obreros salitreros chilenos invitaron a los trabajadores peruanos y bolivianos a que se fueran y estos constestaron bellamente “con ellos venimos, con ellos nos vamos” y todos fueron masacrados por balas criminales. Recordación que reivindica una hermandad que debe volver a primar en nombre de la paz y la complementariedad entre Perú y Chile.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
Debemos alentar a los industriales chilenos a usar los próximos megapuertos de Callao y Marcona por sus mejores costos para llegar al Asia. La complementariedad peruano-chilena debe ser una realidad en todos los ámbitos de la actividad comercial, financiera y hasta cultural, de modo que los vecinos del sur aprehendan la inmensa variedad que informa al Perú desde hace miles de años y que antaño creara un bloque socio-geográfico que abarcaba entre sus límites, al sur, hasta el río Maule.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
En prueba de acérrima postura por la complementariedad, debe dejarse de lado la oprobiosa conducta de comprar historiadores, embajadores, el alquiler de mercenarios y provocadores que hacen tanto daño a los intereses geopolíticos de las naciones. Esos elementos nocivos deben ser extirpados de las cancillerías, de las FFAA y los servicios de Inteligencia tendrán que acompasarse al derrotero de progreso y creación genuina de los pueblos, declinando, de una buena vez, estas prácticas nocivas y perversas.
¿Gas para Chile? ¡Cómo no! Pero.............
Todo lo anterior supone, de modo irrecusable, que con el propósito demostrativo de buena voluntad, sincero afán de entendimiento e inequívoco sentimiento latinoamericanista, Chile debe obligarse a que en acto oficial gubernativo y con el asentimiento de sus Cámaras legislativas, pida disculpas, en nombre de su pueblo, al Perú, por la barbarie que desató a partir del 5 de abril de 1879 cuando, sin tener fronteras con nuestro país, declaró una guerra de rapiña que enajenó Tarapacá y por larguísimos años Arica y Tacna, llegándose de ese modo al Tratado del 3 de junio de 1929 y también por los abusos, exacciones, crímenes de toda índole que desató en el territorio peruano cuando la injustificable violencia de su ocupación entre 1881-1884. Es imprescindible, además, recordar cómo Chile, en 1995, en pleno conflicto del Cenepa entre Perú y Ecuador y siendo garante del Protocolo de 1942, vendió armas y suministros al país del norte, deshonrando flagrante y aviesamente la obligatoria neutralidad a que estaba constreñida, hecho que los diarios chilenos, en múltiples oportunidades, han denunciado con pruebas jamás desmentidas. Este suceso se inscribe en la larga lista de irrespetos de Chile a Perú y sobre el que tampoco ha hecho lo único que el honor, la decencia y las ganas de vivir en paz, demandan: pedir excusas.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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