Interesante reflexión que pone énfasis en dos puntos: La primera, la necesidad de plantear la nacionalización parcial de la renta minera bajo un esquema de empresa mixta público-privada. Y le segunda, aumentar el salario mínimo hasta 1050 soles en cinco años. Son propuestas para reorientar el modelo y no dejarlo todo al "Dios mercado" o sea los emporios oligopólicos.
Se entiende que la renta estaría destinada no a gastos corrientes de la burocracia, sino a reinversión para industrias de alto valor agregado con participación del sector privado y la sociedad civil. El aumento del SM debe implicar en todo caso, un aumento de la productividad laboral, pero sobre la base de objetivos de desarrollo, incluso en el marco de los TLC, y no como ahora que todo se reduce a inflación.
Son correctivos asimilables al modelo, pero demandan cambios en el marco jurídico muy notables y posiblemente la denuncia de algunos TLC´S.
Y ello solo es posible con un liderazgo que tenga claro adonde va y no se deje llevar de la mano. También una gran estructura de apoyo social-regional con capacidad de movilización que realice contrapeso a los "poderes fácticos" y oligopolios.
Todo en el entendido que se adopta un proyecto redistributivo, pero también surge un problema. Se ha calculado que el superávit del último ejercicio alcanza los 3.000 millones de dólares (Felix Jimenez)...¿Adonde se están destinando esos recursos? ¿Gasto militar estratégico y por eso el Presidente busca gente de apoyo en las FFAA para su gobierno?...¿Va a un fondo especial del MEF para contingencias?...¿Dinero para la "inclusión social" y políticas focales que fortalecen el clientelismo burocrático (Fujimori, Toledo, García) en detrimento del empoderamiento ciudadano?... ¿Desarrollismo neoliberal al estilo García en infraestructuras?...
Al final la política cuando se gobierna, es la capacidad para tomar decisiones evaluando las prioridades de acuerdo a los valores que se defienden. Y no al revés, primero las decisiones tecnocráticas y luego el discurso para justificarlas.
Me parece que la clase política peruana en todos sus niveles, salvo excepciones o islotes de opinión, se ha puesto a remolque por pereza, conveniencia, ignorancia o impotencia, y la "comentocracia" mediática se encarga de producir las consignas necesarias que en los partidos se reproducen como "pragmatismo" o "modernidad".
Mientras, los que gobiernan, están entrampados en sus contradicciones y nebulosas.
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