GOLPE DEL ESTADO PARLAMENTARIO
Otra vez la derecha continental trata de arrebatar con procedimientos parlamentarios el poder político que no pudo obtener en las urnas. El antecedente es el golpe de estado contra el Presidente Zelaya en Honduras. El instigador de este procedimiento que violenta el proceso democrático paraguayo contra el Presidente Fernando Lugo, es el candidato del partido Colorado (heredero de la dictadura del Gral Stroessner) a la Presidencia del Paraguay, Horacio Cartes.
Hasta Alan García recibió a Zelaya en su gira sudamericana apoyado por el Presidente Lula, para manifestarle su respaldo. En cambio Jorge del Castillo justificó el golpe y viajó a Tegucigalpa a la toma de mando de Pedro Lobo. Posteriormente, se firmó en Honduras un acuerdo que normalizó el proceso político y Zelaya pudo regresar.
El Presidente Lugo, encabezó un movimiento popular y político que terminó con la larga hegemonía del Partido Colorado en el poder. Su apoyo sin embargo, no tuvo basamento institucional partidario, su basa era el partido Liberal cuyo líder Federico Franco es Vice Presidente, el cual accedería al poder en caso que Lugo sea destituido. El Partido Liberal traicionando a Lugo y el voto expresado por el pueblo paraguayo, ha pactado con el Partido colorado, la destitución de Lugo.
El movimiento social de Lugo es de centroizquierda, pero la clase política liberal finalmente se ha plegado a los poderes fácticos que controlan los medios de comunicación y parte importante del partido colorado. La lección que genera esta crisis, es que los amplios movimientos populares deben tener su propia representación política y las alianzas deben ser programáticas y no solo de cuotas.
Lugo, ha tenido una Presidencia moderada, no ha afectado los grandes intereses, solo ha intentado reconciliar al pueblo con el estado con algunas políticas públicas para reducir la exclusión social. No se justifica políticamente su destitución. Diera la impresión que liberales y colorados han decidido adelantar el cronograma electoral desconfiando que Lugo pueda apoyar una alternativa política distinta.
El juicio político técnicamente se produce porque los diputados consideran que el Presidente es el responsable de la muerte de 16 personas entre policías y campesinos sin tierra, producida hace unos días en la región de Curuguaty. Es un hecho parecido al de Bagua, pero la responsabilidad política fue asumida por la Ministra Cabanillas y la responsabilidad penal, los generales de la policía. Ese es el procedimiento válido. Alan García tiene responsabilidad moral por lo de Bagua, al igual que Mercedes Araoz, pero nada más.
El presidente Lugo destituyó fulminantemente al ministro del Interior y a los generales. Pero la oposición colorada lo está llevado a juicio político, violentando le debido proceso. Hace unos años el Presidente Oviedo fue acusado por la muerte de su vice Presidente, y se le dio cinco días para presentar su defensa. A Lugo se le está dando un día, es una destitución express. Incluso abogados paraguayos señalan que el plazo debe ser más amplio para una defensa justa, como se realiza con los juicios de impechment en el derecho político anglo sajón.
No hay ninguna prueba contra Lugo ya sea por negligencia o por dar las órdenes en los hechos de Curuguaty.
El procedimiento contra Lugo viola las claúsulas democráticas del UNASUR, la carta de la OEA e incluso los acuerdos del MERCOSUR. Si cae Lugo, vendrán sanciones y se excluirá a Paraguay de las instituciones integracionistas. Sin embargo la represa de Itaipu es fundamental para el Brasil y puede ser la moneda de cambio de los partidos que están destituyendo al Presidente.Lo mismo la triple frontera donde los EEUU creen que operan grupos pro iraníes.
La multinacional Monsanto ha tratado que el gobierno de Lugo apruebe el uso de sus semillas modificadas geneticamente. Los ministros del área se han negado siendo objeto de campañas en su contra por parte de medios de comunicación asociados a Monsanto. El gobierno de Lugo, además, está impulsando compras de tierras para los campesinos pobres (no expropiaciones) y ello también aparentemente, afecta los intereses de otras transnacionales que han acaparado la mejor tierra paraguaya (OJO Olmos).
Al asumir el mando, Lugo fue objeto de una campaña de demolición de su imagen, por haber tenido hijos cuando era obispo. Exhibió en realidad, la doble moral de la Iglesia católica que se ha sumado al golpe parlamentario.
Finalmente es evidente que hay un pacto político entre los partidos que controlan el parlamento y los poderes fácticos (transnacionales y medios), para destituir al Presidente Fernando Lugo. El "juicio" es un puro trámite.
La vieja lección Hayadelatorreana sigue vigente: Si no se transforma el Estado, los viejos grupos de la oligarquía, separados temporalmente del poder, volverán con brío y usarán todos los medios para recuperar su influencia.
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