jueves, 15 de marzo de 2012

Asamblea Nacional por la Educación

DIRECTIVA Nº 003-2012-CEN-PAP-SNOM

Todo empezó con la ocurrencia de un ego colosal que amaneció y de pronto se descubrió gurú. Su tesis: “El perro del hortelano contra el pobre”. Una novísima teoría para afrontar la crisis educativa en el Perú desde una perspectiva de la economía moderna.
En la tesis, no hay ninguna referencia ni cita alguna de los modelos económicos modernos que incorporan métodos de las ciencias fundamentales como las matemáticas y la física en la proyección de los flujos económicos. Por tanto, el perro del hortelano como tesis solo deviene en farsa.
Imaginemos que la genialidad del pragmatismo hortelano sugiera que la solución a la pobreza sea 12 programas sociales, entonces la visión de estado no sería inversión social, sino gasto a fondo perdido.
Y si el costo o gasto de los 12 programas sociales es de 3,278 millones de soles ¿Cuánto recibirá cada pobre?
Considerando el último censo nos arrojó que somos 30 millones de peruanos -de estos el 50% vive en pobreza-, tendríamos aproximadamente 15 millones de peruanos pobres. Entonces, de los 3,278 millones de soles a cada pobre recibiría del estado 218.53 soles en todo el año, recibiendo 18.2 soles por mes. Un equivalente a un pollito con papas y su gaseosa Kola Real por mes. Una gran ciencia del gurú Alan García para sacar de la pobreza a un pobre.
Hagamos más ciencia. Y si el gasto sería de 4,500 millones, subiendo a 25 soles por mes a cada pobre, sin considerar que la población crece, la reducción de la pobreza seguiría siendo una gran farsa.
Dejaría de ser ciencia la tesis del perro del hortelano si no se entrega o se le quite los 18 soles que supuestamente recibe al mes cada pobre? No. La farsa se evidenciaría.
Alan García gastó en 2007 para abatir la pobreza 3,278 millones, de esta cantidad debe descontarse el pago a los funcionarios distribuidos en todo el país, encargados de llevar a cabo los 12 programas. Es decir, si la idea fue entregar a cada pobre 18.2 soles, esta cantidad se reduce por los pagos a los funcionarios de los programas. Solamente uno de estos funcionarios ganando 1,820 soles mensuales, ya les quitó la migaja mensual de la boca a 100 pobres.
Ahora vinculemos la tesis del perro del hortelano como solución al problema de la educación en el Perú.
¿Sabía Alan García cuantos profesores hacen falta para que los peruanos reciban una educación de mediana calidad?
Se necesita 350,000 profesores, con los cuales se recuperaría las ocho horas de estudio diarias en los dos turnos. Esto considera, un profesor trabajando 32 horas diarias y ocho para preparación de clases, en grupos de 20 estudiantes.
Hay 8 millones de peruanos en edad escolar, según informó José Chang –operador del perro de hortelano- y, que son 250,000 profesores que los atienden, pero a razón de un solo turno.
En total serían aproximadamente 400,000 grupos de 20 alumnos, siendo un grupo atendido por un profesor de 32 horas y otro de 16 horas, para hacer un total de 48 horas semanal, de lunes a sábado a razón de 8 horas diarias de estudio, para los cuales se requieren 600,000 profesores. Lo óptimo es que un profesor tenga 24 horas de clases y 16 horas de preparación y actualización.
Entonces:
Con los 3,278 millones de soles de los programas sociales, hubiese alcanzado para pagar a 182,111 profesores a razón de 1500 soles mensuales. Una educación de mediana calidad, que por lo menos estuviera llegando ya, a más de la mitad de los pobres, sobre todo a los niños y adolescentes, articuladas a escuelas de padres, que les permitiría conocimientos para ganarse mucho más de los míseros 18.2 soles al mes.
En el país hay miles de egresados desocupados o subempleados, de las universidades estatales y privadas, que tienen los conocimientos suficientes para desempeñarse enseñando. No se trata de falta de locales, en cada comunidad hay suficiente capacidad como para construir rápidamente un ambiente para 20 alumnos a cargo de un profesor y medio.
Por tanto, el profesor que organiza un grupo de 20 estudiantes y los registra en un sistema de matrícula nacional vía internet, según los grupos etáreos, en las comunidades señaladas como pobres, eliminaría la necesidad de los órganos intermedios, es decir pagar funcionarios que son improductivos.
Tengan en cuenta que en cada comunidad, hay muchos hijos que lograron buenos conocimientos. A ellos hay que llamarlos. Pero sobre todo, hay que desnudar las falacias que por años están turbando la visión de las comunidades.
Conclusión. La tesis del perro del hortelano no es más que un decreto de urgencia para permitir que la plata llegue sola, vía la corrupción de los colegios emblemáticos.

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