lunes, 12 de marzo de 2012

CHILE Y ARGENTINA, PERON, MALVINAS...

El primer canciller de la Concertación -Enrique Silva Cimma- sostiene que el litigio por las Malvinas es un asunto bilateral, dicho de otro modo, recomienda que Santiago se margine de la pugna de Buenos Aires con Londres por rescatar los archipiélagos australes usurpados por el Reino Unido. Sin explicitarlo suscribe la añosa vocación de aislamiento de Chile respecto al contexto del Cono Sur. Ello sostuvimos legitima -de pe a pa- la tesis británica, se contrapone a dictámenes de organismos como la ONU y sella -sin develarlo- aquella argentinofobia que abarca todo nuestro mundo sociopolítico. Este excepcionalismo chilensis se condensa en frases como "los chilenos somos los ingleses de América del Sur", "Chile es mansión elegante edificada en barrio ordinario", "Good by Latinoamerica". En el ADN del chileno está la convicción que somos "distintos, distantes y superiores". En el imaginario colectivo figura la creencia de ser una república europeoide rodeada de indios y macacos. Como los rioplanteses son menos morochos que nuestra población y estimados prósperos imposible encasillarlos como tales. Entonces se les tacha de"fanfarrones" y "expansionistas". El dogma es que nuestras tres fronteras están amagadas por enemigos de ayer, de hoy, de mañana y de siempre.

En la opinión del ex titular de RREE -capitoste del Partido Radical- coagula ese particularismo insular. Lo implanta la oligarquía encabezada por Portales y es tan contrabolivariano como eurocéntrico. Esta doctrina se impone desde la agresión a la Confederación Perú-Boliviana (1835-1839). Luego se refuerza con la Guerra del Guano y el Salitre (1879-1883) y con los forcejeos por motivos limítrofes que se registran con Buenos Aires (1843 a 1978) Sin embargo, es importante manifestar que con tal tesis no es sólo la oligarquía la que defiende sus intereses también permea a todas las clases sociales y campea en el ámbito a las diversas tiendas incluyendo a las de izquierda. En el Partido Radical el senador Exequiel González Madariaga publica dos gruesos volúmenes contra Argentina. Son un eco de viejo ensayo "La tempestad se avecina" de Víctor Domingo Silva que juzga como inexorable la confrontación armada con la república trasandina. En la Democracia Cristiana mientras Eduardo Frei Montalva y su canciller Gabriel Valdés posan de iberoamericanistas -antes de adherir a la Alianza para el Progreso- gravita Alejandro Magnet. Este publica en las prensas de la edtorial de esa tienda "Nuestros vecinos justicialistas" y luego, para sentar doctrina menos efímera, "Nuestros vecinos argentinos".

Ni que hablar del antiperonismo del PC muy en la línea de Vittorio Codovilla y, por ende rabiosamente, adversario del ABC. Incluso cuando el Presidente González Videla y su canciller Horacio Garretón propone el corredor para que Bolivia tenga un puerto sobre el Pacífico lo tachan de "vendepatria". Recientemente, en las postrimerías del régimen de Alán García, la menguada hueste staliniana acude a La Moneda para hacer presente a Piñera su apoyo ante un eventual ataque... peruano. Lo asombroso es que un sector del PS que cogobierna con Ibánez conserva el iberoamericanismo fundacional de impronta aprista. No obstante, sin el coraje que la circunstancia lo ameritaba esquiva sostener el ABC. Sin embargo, el otro socialismo que apoya la candidatura de Allende es tan adverso a Ibánez como enemigo de la integración andinoaplatense entonces propuesta por la Casa Rosada. Tanto así que el diputado Florencio Galeguillos de filiación socialista preside -después de 1955- la Comisión de Actividades Peronistas que igual que Mac Carthy se empeñara en una caza de brujas de todo aquel que hubiese manifestado simpatías por el proyecto integrador del justicialialismo. Pequeño detalle -no insignificante, sino significativo- cada 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer se excluye la sugerencia de citar como figura paradigmática a Eva Perón. Se prefiere a... Rosa Luxemburgo.

En aquellos mil días de allendismo en La Moneda (1970 a 1973) se efectúan varíos esfuerzos destinados a resolver problemas con
las patrias vecinas. El más serio se registra al proponer al Presidente Allende la armaduría de un trapecio antimperialista incluyendo al Perú de Velasco Alvarado, a la Bolivia del general Torrez y a la Argentina de Campora-Perón . Se impone de nuevo la postura excepcionalista -equivalente, con las diferencias obvias del caso, a Costa Rica en Centroamérica y a Uruguay en el Río de la Plata- y, en consecuencia, la Cancillería no opera con la velocidad necesaria. A quienes desde la platea exigimos un golpe de timón de nuestras RREE se nos responde "las condiciones no están dadas". Si nos permitíamos insistir se finaliza denunciadonos como "provocadores" y, a veces, hasta como "infiltrados". Esto lo informo para insistir, como en otras oportunidades, cuán resistente al cambio son nuestras burocracias diplomáticas. Apenas ayer en la avant premier del film "La dama de hierro", concurren Luciano Cruz Coke, ministro de Cultura y Lawrence Golborne, titular de Energía, acompañados de representantes de la tiliguería santiaguina. Los encabeza el.. embajador del Reino Unido, Jon Benjamín, quien exhibe -como trofeo- a su polola... embarazada. La opinión de Enrique Silva Cimma que motiva la presente nota es funcional a ese contexto anglófilo, siutico y petrocefálico.

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